FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

miércoles, 22 de septiembre de 2021

Y qué desgracia que esto solo no baste.


Hoy, a las 21:21 horas entra, ¡por fin! el otoño. Sí, ya sé que hay gente a la que le gusta el verano; a mí no. Sólo por las vacaciones y poco más. Y este año va a entrar en medio de una DANA que aquí se está comportando de un modo bastante poco “danoso”. Y eso que dicen los periodistas de que está golpeando con fuerza la cuenca mediterránea, al menos aquí no es verdad ni de lejos.

Once miserables litritos y, eso así, magníficas mañanas, fresquitas y de un cielo azul intenso, con nubes impresionantes por la tarde, siempre lejos, y un ambiente ya otoñal. En ese sentido, al menos por aquí, está siendo un manso corderito y no un lobo feroz, aunque nunca se sabe si nos guarda una sorpresa de última hora, o pasará a la historia como una dulce y mansa “danita”. La “danita” que nos trajo el otoño, y poco más.

Y en honor a él, voy a compartir un poema de Bécquer, la rima LXVII, que habla del otoño, pero de mucho más que del otoño.

 

¡Qué hermoso es ver el día

coronado de fuego levantarse

y a su beso de lumbre

brillar las olas y encenderse el aire!

¡Qué hermoso es, tras la lluvia

del triste otoño en la azulada tarde,

de las húmedas flores

el perfume aspirar hasta saciarse!

¡Qué hermoso es cuando en copos

la blanca nieve silenciosa cae,

de las inquietas llamas

ver las rojizas lenguas agitarse!

¡Qué hermoso es cuando hay sueño

dormir bien... y roncar como un sochantre...

Y comer... y engordar... y qué desgracia

que esto sólo no baste!

 

Entiendo yo que habla de la belleza del día, de la luz, del sol, de mañanas como las que estamos teniendo; del delicioso aroma vegetal tras las lluvias del otoño, que al él le parece triste; del fuego que nos calienta en el invierno mientras danza, absorbente, en el hogar.

Luego el poema da un curioso giro pasando de la admiración de la belleza de la naturaleza a algo mucho más prosaico, dormir bien, comer, engordar… Sorprende hasta resultar incluso un punto cómico.

De lo más excelso a lo más más mundano. Pero, y aquí viene el toque final, ni lo uno ni lo otro le bastan al hombre para ser feliz. Dice, "y qué desgracia que esto solo no baste".

No dice nada más. Pero ya ha dicho mucho.

Aquí lo dejo.

No obstante… ¡feliz otoño!


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