Este poema puede resultar confuso
en una primera lectura, sobre todo si no se cae en la cuenta de cuál es la
clave para entender qué quiero trasmitir.
Temo a los golpes de la vida.
cuando son golpes a la Vida.
La Vida es paz,
ante todo paz.
La paz de ser tú mismo,
más allá de convenciones,
más allá de servidumbres,
más allá de vanidades.
La Vida es paz,
Ante todo paz.
La paz que te otorga,
como un regalo,
ser capaz de ir
más allá de ti mismo,
y tener el coraje
de verte desde fuera,
cual si fueras otro.
Contemplarte herido,
y ver que esa herida
en realidad no existe.
No existe.
Estabas confundiendo la vida,
con la Vida.
Esa otra, la otra,
casi siempre oculta,
callada, quieta.
Esperando que un día
la descubras en tu fracaso,
en tu desengaño,
en tu soledad.
Y te des cuenta,
por sorpresa,
sin esperarlo,
que ella, la Vida
ha estado siempre
ahí,
esperándote en silencio,
para ser la paz
que necesitas
como el aire.
Por eso temo,
No a los golpes de la vida,
sino a los golpes a la Vida.
¿Cuál es la
clave? La palabra vida con mayúscula o con minúscula. No habla de lo mismo.
Vida con mayúscula no se refiere a lo mismo que vida con minúscula. Con este
dato se puede volver a leer y entender mejor qué quiero decir esta bonita
mañana, por fin soleada, tras unos días tristones, de lluvia, pero muy bien
recibida.
J.Q.S.
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