Gracias
a todos los que os habéis acordado de mí en mi 66 aniversario, y de una u otra
forma me lo habéis hecho saber. Poco a poco iré respondiendo personalmente
aunque solo sea con un gracias.
De momento, una
forma que tengo de agradecéroslo es compartir algunas fotos del regalo que los
Pirineos me hicieron este fin de semana, pasado allí en buena compañía. Y ha
sido ciertamente un magnífico regalo.
Otoño
e invierno se unían para hacer del valle de Benasque un lugar prodigioso. En
apenas unos cientos de metros, pasabas de los colores otoñales al blanco y gris
de los fríos invernales.
Aquí
está un puñadito de fotos.
¡Gracias
de nuevo!
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