FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

viernes, 11 de marzo de 2022

Levántate amada mía...


Contemplaba esta mañana, desde la montaña, ese lugar exacto del mundo donde reposan los restos de mi madre, que no ella. También allí, no muy lejos, reposan los de la madre de Isabel. Y ellas me contemplaban a mí, haciendo lo que más me gusta.

Hace un rato me he enterado de la partida a la casa del Padre de la madre de unos amigos. Momento este de desgarro y de dolor que exige su tiempo en medio de la vida. Tiempo de silencio y quizá palabras, no muchas. Les dedico, os dedico, amigos, estas de Dámaso Alonso* que siempre me han gustado. Es, quizá, lo que podríamos haberles dicho antes de su partida.

No tengas miedo, madre. Mira, un día ese tu sueño cándido se te hará

     de repente más profundo y más nítido.

Siempre en el bosque de la primer mañana, siempre en el bosque

     nuestro.

Pero ahora ya serán las ardillas, lindas, veloces llamas, llamitas de

     verdad;

y las telas de araña, celestes pedrerías;

y la huida de corzas, la fuga secular de las estrellas a la busca de Dios.

Y yo te seguiré arrullando el sueño oscuro, te seguiré cantando.

Tú oirás la oculta música, la música que rige el universo.

Y allá en tu sueño, madre, tú creerás que es tu hijo quien la envía.

    Tal vez sea verdad: que un corazón es lo que mueve el mundo.

Madre, no temas. Dulcemente arrullada, dormirás en el bosque el más

     profundo sueño.

Espérame en tu sueño. Espera allí a tu hijo, madre mía.

 

            Y estas otras, del Cantar de los Cantares**, que son las que, desde mi fe, sé que escuchó mi madre, la de Isabel, y las que ya habrá escuchado la vuestra, amigos, para despertarla de ese profundo sueño, en ese bosque, ya más allá del tiempo y del espacio.

Levántate, amada mía,

hermosa mía y vente!

Porque mira, ha pasado ya el invierno,

cesaron y se fueron las lluvias.

Aparecieron las flores sobre la tierra,

llegó el tiempo de las canciones,

y se oye en nuestra tierra

el arrullo de la tórtola.

La higuera dio sus primeros frutos

y las viñas en flor exhalan su perfume.

¡Levántate, amada mía,

hermosa mía y vente!


* En su libro Hijos de la ira. Poema titulado La madre.

** Cant. 2,10-13.

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