FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

viernes, 25 de marzo de 2022

... pero voz que no se apaga.


No hace mucho fue el día mundial de las enfermedades raras. La España vaciada se vació y sigue haciéndolo porque al ser pocos… Para conseguir algo de las autoridades hay que recoger muchas firmas. Ahora, con la huelga del transporte, el Gobierno negocia solo con la plataforma mayoritaria.

Como estos podríamos poner muchos ejemplos más para demostrar cómo lo que importa es el número. La mayoría se lleva siempre el gato al agua. La minoría, a la que ni siquiera se le escucha, queda olvidada y marginada. Excluida.

Pero no hemos de olvidar que en tiempos del nazismo, la mayoría era la que seguía a Hitler. Y en la Unión Soviética, la mayoría apoyaba a sus líderes, no más democráticos y respetuosos con los derechos humanos que el dictador nazi.

¿Qué quiero decir con esto? Que las mayorías no siempre tienen la razón, y que guiarse exclusivamente por ellas y gobernar tan solo en función de ellas, no solo ha provocado grandes injusticias, sino auténticos baños de sangre. Por eso creo que es muy importante escuchar y atender también a las minorías. También tienen algo que decir, y también tienen sus necesidades.

 Invertir en la investigación de las enfermedades raras no solo es justo, sino que puede arrojar luz sobre enfermedades no tan raras. Atender a los pueblos pequeños, dotándolos de buenos servicios sanitarios, educativos (la LOGSE fue un golpe mortal al mundo rural) y de buenas comunicaciones, no solo es justo, sino que redunda en beneficio de todos. Determinadas reivindicaciones, como la reciente de la atención personalizada en los bancos, no debería exigir recogidas de firmas, bastaría con escuchar a los que no se aclaran con las pantallitas, aunque sean pocos y “a extinguir”, porque eso es lo justo. En el conflicto del transporte, ningunear a quienes no están integrados en la plataforma mayoritaria solo lo alarga innecesariamente. Y tampoco es justo.

Todo esto se ve muy claro también en la dinámica actual de las redes sociales. El número de seguidores convierten a uno de pelagatos en “influencer”, como se  dice ahora. Pero el número de seguidores no garantiza que lo que esa persona trasmite con su gran influencia sea digno de ser trasmitido. Incluso puede ser, y hay casos en que lo es, contrario a los principios más elementales de la ética, o simplemente vulgar e intrascendente, inútil pues y perjudicial para los influenciados.

Ante esta situación, situación con mil caras, urge tener ante todo una actitud crítica. Pensar por uno mismo más allá de lo que piense la mayoría. No dejarse “comer el coco” por nadie ni por nada. Y cuando nuestro pensamiento nos lleve a sintonizar con los demás, ¡a disfrutar de ser uno entre todos, del calor de los otros! Pero cuando nos lleve a enfrentarnos, aguantar en paz el dolor de ser yo mismo, y el frío de la soledad y la incomprensión a la que puede conducirnos. Aceptar el ser voz que grita en el desierto, pero voz que no se apaga.

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