Me
identifico plenamente con el tuit de Arturo Pérez Reverte, escritor y
académico, a propósito de la ridícula Guía breve para un uso no sexista del
lenguaje de nuestra sapientísima “consellera de sanitat”, Carmen Montón.
Espero
que, mayoritariamente, el personal sanitario a quien va dirigida se descojone
muy vivamente de semejante majadería y sigan llamando a las cosas por su
nombre. Aunque habrá que asumir que siempre habrá tontos, como dice Pérez
Reverte, que seguirán emocionados esa delirante cruzada contra lo que ellos
llaman sexismo en el lenguaje, desde la más profunda ignorancia y con la
prepotencia que les da creerse en absoluta posesión de la verdad. Yerran además si creen que estas tonterías linguísticas ayudan a lograr la igualdad entre hombres y mujeres; más bien la complican porque la trivializan.
Además muestra, el hecho de atreverse a publicar esta guía, un talante muy característico de determinadas
ideologías que, a duras penas, ocultan su vocación totalitaria. Recuerdo que en
una ocasión fui invitado a una reunión, no viene al caso por qué, en la que en
un determinado momento, ante las afirmaciones de un técnico avaladas por
numerosos datos y por el hecho de ser especialista en la materia, uno de los
presentes, desde su personal ideología, le espetó que él se pasaba a los
técnicos por el culo, textualmente.
Esto
es lo que ha hecho la "alta eminencia intelectual" que tenemos a la cabeza de la
sanidad valenciana. Pasarse a los técnicos por el culo, porque debería saber, tanto ella como todos los que se meten por estos vericuetos, que en cuestiones
de lenguaje los técnicos son los señores de la Real Academia. Y la RAE ya se ha
pronunciado sobre esto en numerosas ocasiones con argumentos serios y
coherentes. Es la RAE quien tiene autoridad para decirnos, desde la libertad del conocimiento, lo que está bien y lo que está mal cuando hablamos y escribimos.
Porque el
lenguaje es un complejo sistema donde todo tiene su razón de ser y su por qué,
y toquetearlo en nombre de una particular y discutible visión de la justa y necesaria
igualdad entre el hombre y la mujer, es algo que sólo puede hacerse desde el
atrevimiento de la ignorancia y lo que es peor, desde una mal disimulada
actitud totalitaria.
Dice
que es solo una guía para sugerir. Que no impone nada. ¡Faltaba más! Que ahora
vengan a decirnos hasta cómo tenemos que hablar. Después vendrá el cómo tenemos
que pensar, ¿no?
Y
esto es lo que me da miedo del asunto, porque por lo demás la guía en cuestión es ridícula, da
risa e incita al cachondeo. Pero, como he dicho, también me da miedo, porque el lenguaje y el
pensamiento son, por decirlo de algún modo, dos caras de la misma moneda y
cuando alguien, en contra de los criterios técnicos, se arroga autoridad para
decirnos cómo tenemos que hablar, está a un paso de decirnos también cómo
tenemos que pensar.
Y
por ahí no paso.
NOTA: Si queréis pasar un buen rato teclead en google Guía breve para un uso no sexista del lenguaje, Carmen Montón. Después de todo es divertido.
NOTA: Si queréis pasar un buen rato teclead en google Guía breve para un uso no sexista del lenguaje, Carmen Montón. Después de todo es divertido.
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