¿Qué
queréis que os diga? Que no, que no me adapto a este artilugio llamado
mascarilla o "bozal" que utilizamos mal y a destiempo, porque utilizarlo bien es
imposible, y en su momento también es imposible, porque no está nada claro cuál
es su momento. Digan lo que digan.
Por
eso, y a modo de desahogo (una de las funciones del blog es desahogo personal)
voy a escribir una letanía del "bozal", que podemos aprovechar para disfrutar de
la asombrosa riqueza de la lengua castellana o española, que igual da.
He
encontrado cuarenta y una palabras, y aún hay más, seguro. Cada una aporta un
matiz, y la suma de todos los matices explica perfectamente lo que a mí me
supone tener que mal-llevar el susodicho artilugio.
Empiezo
pues la letanía. Mal-llevar el "bozal" me resulta algo:
Amargo.
Antiestético.
Antipático.
Asfixiante.
Cargante.
Deplorable.
Deprimente.
Desagradable.
Desesperante.
Desolador.
Detestable.
Engorroso.
Enojoso.
Estomagante.
Estresante.
Fastidioso.
Fatigoso.
Feo de
cojones.
Feo de
narices.
Feo
del copón.
Feo.
Impertinente.
Incómodo.
Irritante.
Jodido.
Lamentable.
Lastimoso.
Latoso.
Molesto.
Odioso.
Ominoso.
Opresivo.
Patético.
Penoso.
Pesado.
Pijotero.
Plúmbeo.
Prolijo.
Pudendo.
Repelente.
Triste.
Y lo
peor, lo peor, lo peor es que, probablemente, de la forma que lo estamos
haciendo es, si no inútil, casi inútil. Inutilito.
NOTA: La
palabra letanía está utilizada según su tercera acepción en el diccionario de
la RAE.
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