FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

sábado, 6 de junio de 2020

Queridos alumnos de 4º de ESO.



Queridos alumnos de 4º de ESO.

Hemos pensado estos días muchas veces Isabel y yo en vosotros, mis últimos alumnos. Poco tiempo os disfruté, pues me jubilé en noviembre, pero en ese poco tiempo de clases normales, de las de toda la vida, de esas que Dios sabe cuándo volverán, lo pasé muy bien, me sentí muy cómodo y a gusto con vosotros.
Hoy sería el primer día entero que hubierais pasado en Italia, en vuestro viaje de fin de curso. Os habéis quedado sin viaje, sin musical, ya casi preparado, sin fiesta de graduación… Y algunas de estas cosas no podrán aplazarse. Tenían su tiempo, y su tiempo pasó.
Es injusto, si es que puede decirse así. ¡Tantas injusticias, si así las llamamos, han sufrido tantas personas en estos tiempos! Tiempos de ilusiones truncadas, sueños rotos, proyectos perdidos; tiempos de injusticia.
Pero es que la vida no es justa, y no lo sería ni aun en el caso de que las personas fuéramos absolutamente justas. Sería menos injusta, desde luego, pero seguiría siendo injusta.
No sabemos cómo estaréis viviendo cada uno de vosotros este final de vuestra secundaria nunca imaginado; este chafón brutal. No lo sabemos. Pero nos gustaría a Isabel y a mí que sacarais todo lo que de bueno se pueda sacar de esta negra y fea historia.
El apreciar los pequeños detalles de la vida; el vivir el momento con intensidad; el tener el coraje de soñar aun sabiendo que los sueños son frágiles e inciertos; la importancia de un hogar donde abrigarse cuando fuera está el invierno más crudo; la sensación de moveros libres por donde queráis y cuando queráis; el valor incalculable de los amigos; lo bueno de parar de vez en cuando y mirarnos adentro;  la belleza del beso, del abrazo, del apretón de manos franco, de la fiesta…
Será inevitable que vuestra promoción quede en el recuerdo de muchos como “la de la pandemia”, pero precisamente por eso, porque no podremos evitar este triste apelativo, os deseamos que seáis capaces de elevaros sobre las cenizas de lo que podía, debía haber sido, y no fue; y con lo aprendido de la dura experiencia, encaréis vuestras jóvenes vidas con la sabiduría y el temple que os dará el haberlo hecho.
Sí. Esto es lo que os deseamos Isabel y yo. No os quedéis en un “ahora estaríamos en…”. Mirad adelante. Tened el coraje de crear nuevos proyectos, de tener nuevas ilusiones, de mirar el futuro sin miedo a que al fin no sea como lo habéis soñado, porque sabéis que tenéis la fuerza suficiente para elevaros, como ya hemos dicho, sobre las cenizas, sobre las ruinas, de lo que podría haber sido y no fue. Como ahora.
En mi última clase con vosotros, clase inolvidable que me disteis vosotros a mí, me recordasteis este texto de la novela de Delibes, El Camino. Ahora somos nosotros los que os lo recordamos:

Don José, el cura, que era un gran santo, le dio buenos consejos y le deseó los mayores éxitos. A la legua se advertía que don José tenía pena por perderle. Y Daniel, el Mochuelo, recordó su sermón del día de la Virgen. Don José, el cura, dijo entonces que cada cual tenía un camino marcado en la vida y que se podía renegar de ese camino por ambición y sensualidad y que un mendigo podía ser más rico que un millonario en su palacio, cargado de mármoles y criados.

Ahora que andáis buscando vuestro camino en la vida, que este palo que habéis sufrido os ayude a encontrarlo. Que os ayude a encontrar vuestro propio camino en la vida, y sea este un camino lleno de sentido de tal modo que, cuando ya de mayores volváis la vista atrás, podáis decir que ha valido la pena vivir, que está valiendo la pena.

Isabel y Jesús.

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