FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

lunes, 8 de junio de 2020

No me gusta hacer leña del árbol caído.



No me gusta hacer leña del árbol caído, ni hurgar en heridas, y mucho menos para hacer negocio con ello. Me parece algo no sólo moralmente inaceptable, sino de un tremendo mal gusto y muy desagradable.
Hablo de la publicidad a la que nos tiene acostumbrados el señor Matías Prats que, con su voz persuasiva y convincente, embauca a millones de personas que se fían de él. Y lo hace de un modo que me atrevo a llamar obsceno.
La última perla que nos ha regalado es ese anunció en el que empieza diciéndonos si nos acordamos de lo que estábamos haciendo hace unos meses, mientras se ven unas imágenes de gente feliz y despreocupada, pasándolo bien; para luego vendernos que podemos pagar el seguro del coche mes a mes, porque nunca sabemos qué puede pasar. Y con un gesto, que se me antoja irritante, nos recuerda el desastre del que aún no hemos salido.
Y el caso es que eso es cierto. Nos vino el palo sin esperarlo, y no sabemos cuándo dejará de golpearnos; ni siquiera si cuando pase este vendrá otro. Eso lo sabemos todos.
Y el ser conscientes de esto, duele, molesta, genera incertidumbre, ansiedad, un miedo turbio al futuro que no te deja vivir en paz. Y ahí, justo ahí, en el árbol caído de nuestra confiada alegría de hace unos meses, en la herida que todo esto nos ha hecho, y sigue haciéndonos, apoya su argumento para vendernos el producto.
Podía haber dicho: ¡Imbéciles! ¿No veis que no hay nada seguro? Nosotros os ayudaremos a vivir en vuestra vulnerabilidad y vuestra incertidumbre. Y cuanto más vulnerables os sintáis, y más os agobie la incertidumbre, más beneficios obtendrá la empresa de la que os hablo. Y por consiguiente, yo mismo.
¿Te duele? Pues ahí meto el dedo para hacer mi negocio. Ese es el planteamiento. Y es importante que siga doliendo. Porque la idea de pagar mes a mes no es mala, como otras muchas que ha habido y habrá para ayudar a la gente a “tirar palante”, pero hurgar en la herida para mantenerla abierta y justificar así mi intervención sanadora en la vida del herido, es sencillamente repugnante. El problema no es el producto, sino el cómo lo venden.
Es lo que pienso de este hombre, de la empresa que publicita y de la agencia publicitaria que, al margen de todo principio moral, idea y realiza tan deleznables anuncios.
Y sé que lo único que puedo hacer, aparte de escribir esto, es no tener nunca nada que ver con todos esos señores, ni con sus productos, por buenos que sean. Y nada más, lo cual lamento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario