FRASES PARA PENSAR.

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QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

jueves, 16 de enero de 2014

¿Sobreprotección, superficialidad, gilipollez "tremens"?


Hace ya algún tiempo me contaba una buena amiga, maestra,  que en el colegio donde trabaja en Valencia, organizaron estas pasadas Navidades una visita a una residencia de ancianos para cantar villancicos. Eran alumnos de 5º y 6º de primaria.
Cual fue su sorpresa cuando un grupo de padres protestaron a dirección porque no querían que sus hijos “vieran” esas cosas, viejos, enfermos, quizá algún impedido. Ni qué decir tiene que la visita se realizó, salió muy bien, fue una bonita experiencia y que los niños que “no debían ver esas cosas” no las vieron. Se quedaron en clase.
Hoy mismo, me ha contado otra maestra de otro colegio, que también fueron a cantar a una residencia de ancianos hace poco (aquí ningún padre protestó) y fue también todo muy bien, pero ocurrió una cosa digna de mención que hizo que todo fuera mejor todavía.
Una de las ancianas lloraba emocionada al ver y escuchar a los niños, solo Dios y ella sabrán por qué, y en un momento determinado, uno de los chavales, sin previo aviso, salió del grupo y ni corto ni perezoso se dirigió hacia ella y se fundieron ambos en un abrazo ante la mirada perpleja y emocionada de todos los presentes. Los cantos arreciaron, y la abuelita que lloraba, lloró aún más, pero abrazada a un niño.
Estas dos historias han colisionado frontalmente en mi cerebrito. Y la rabia y la vergüenza ajena que me produjo la protesta a dirección de aquellos padres, se ha profundizado llegando hasta lo más hondo, al pensar en el daño que se puede hacer y se hace a los niños privándoles de experiencias como éstas, vete tú a saber por qué.
¿Sobreprotección, superficialidad, gilipollez “tremens”…? Además de falta de valores y sensibilidad, claro.
El problema es que esos señores también educan. ¿Educan, de verdad educan? Pero acabemos el articulito con la imagen del niño abrazado a la anciana, según él dijo luego, porque estaba triste; con la imagen de los compañeros que siguieron cantando; con el nudo en la garganta de muchos de los que vivieron aquel hermoso momento.

1 comentario:

  1. Es una lástima privar a los niños de la experiencia de sentir, vivir y expresar emociones, al contemplar, simplemente, la obra del Creador, a nosotros mismos.

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