FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

martes, 14 de enero de 2014

Hay un irritante e inconfesable doble rasero.


No tenía claro si meterme o no en este berenjenal, pero como estoy muy, pero que muy hasta las narices de la situación en cuestión, voy a hacerlo. Eso sí, con sumo cuidado, exquisito respeto y sin entrar en detalles. Iré al núcleo del asunto que me incomoda y asusta. Y quien tenga oídos para oír que oiga, bueno ojos para leer, en este caso.
Inconstitucional. Anticonstitucional. Términos sinónimos según la Real Academia. Opuesto o contrario a la constitución, nos dice. Términos muy de moda en estos últimos tiempos.
Y aquí viene mi pregunta sin respuesta posible y por consiguiente mi zozobra e indignación crecientes. ¿Qué criterio establece la constitucionalidad o inconstitucionalidad de algo?
Porque inconstitucional significa opuesto o contrario a la constitución, y punto. O así debería ser. Pero no. Parece ser que el que algo sea contrario a la constitución depende no de que sea real y evidentemente contrario, aunque lo diga el Tribunal Constitucional, sino de quién lo haya dicho, de quién lo haya hecho. Hay un irritante e inconfesable doble rasero.
Dicho de otro modo. Si la persona o institución “X” utiliza símbolos, nombres, planteamientos inconstitucionales, resulta que son terriblemente inconstitucionales, hay que rasgarse las vestiduras, denunciarlos, prohibirlos, aislarlos, ilegalizarlos… Si la persona  o institución “Y” hace lo mismo, exactamente lo mismo, no pasa nada, debe ser respetado, comprendido, apoyado e incluso subvencionado si es menester.
Esto está pasando hace ya tiempo, mucho tiempo, y no sólo con los independentismos catalán y vasco, por si alguien está pensando sólo en esto, que también, desde luego, sino en todos los ámbitos de la vida social y política.
Siempre me ha dado mucha rabia esa fea costumbre de juzgar los hechos o las palabras según de quien vengan. Un trabajo, unas palabras si son de Pepito son excelentes, si son de Manolín, pasables en el mejor de los casos, o incluso abominables y repulsivas, según quien sea el tal Manolín. Y el trabajo es el mismo, las palabras son las mismas. Costumbre injusta, irritante, absurda. Lo que está bien hecho está bien hecho, lo haga quien lo haga. Lo que está bien dicho está bien dicho, lo diga quien lo diga. Lo que es inconstitucional, es inconstitucional, venga de donde venga.
Pero aquí no. En España no. Las cosas están bien hechas o mal hechas, son buenas o malas dependiendo de quien las haga. Algo es constitucional o no según quien lo plantee. Pensad, hay muchos ejemplos. Buscadlos.
Buscadlos porque yo no voy a poner ninguno pues no me siento libre de hacerlo. Porque, como en otros tiempos, en cuestiones de este tipo, no me atrevo a hacer uso de la libertad de expresión a la que tengo legítimo derecho.

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