Iniciamos
una semana de que podíamos definir como de casi invierno. Pero un invierno sin
excesos. Buen tiempo, dirán muchos. Mínimas por bajo de 10 y acercándose al
cero, sin llegar nunca. Máximas rozando los 20, también sin llegar. Una gran
amplitud térmica, propia de los anticiclones, que nos hace abrigarnos por la
mañana y por la noche con ropa que nos sobra a mediodía.
El cielo,
totalmente despejado o con algunas nubes de adorno según días y el viento en
general flojo, hacia media semana no tan flojo, y siempre del oeste o noroeste,
o sea, seco. A veces, calmas.
Y de
lluvias, nada de momento. Algunos modelos parecen predecir hacia fin de año una
fuerte inestabilización que sí nos afectaría con vientos de levante y frío
intenso, lo que traería lluvia y nieve, pero queda lejos y está por ver si se
confirma o no. De ser así, podríamos hablar de “buen tiempo”, con mayúsculas. Sería una resurrección para el monte
y el campo.
De
momento, sol, viento seco pero flojo en general, y frío normal para la época.
98 días sin llover. Solo 8 litros.
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