FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

miércoles, 17 de febrero de 2021

Cuán bello es el amor, ¡pardiez!


Andando por los montes me pasan a veces cosas curiosas. Ayer, sin ir más lejos, iba yo subiendo por un estrecho y pedregoso sendero hacia una cima muy poco frecuentada de la sierra Calderona, cuando vi que bajaba en dirección contraria una pareja.

Considerando la actual situación que descosidamente nos tortura cada día, pensé que sería difícil mantener la distancia de seguridad al cruzarnos, y lógicamente no llevábamos mascarilla.

Entonces, cuando ya estaban cerca, busqué salir unos metros del sendero encaramándome a una peña que había tras unos brezos, para no correr riesgo alguno, ni incomodarles. Y eso hice. Allí me planté, “totieso”, esperando que pasaran.

Y pasaron, pero sin verme, aunque parece ser que la moza algo oyó cuando abandoné el sendero, pues le dijo al mozo, ¿qué ha sido eso?, a lo que él contestó, será un pájaro.

El caso es que como no me habían visto, y saludarles repentinamente desde la espesura les podría dar un susto morrocotudo, opté por quedarme quieto y dejar que se alejaran.

¡Ay!, pero casualidades de la vida. De repente el mozo se paró, se volvió, y abrazó amorosamente a su acompañante. El abrazó pronto dio lugar al beso y a sensuales caricias…

Y allí estaba yo, plantado, contemplando la escena, bonita por cierto, desde un florido palco. ¿Qué hacer? Si les digo ahora, ¡hola, estoy aquí! el sobresalto puede ser peor que si lo hubiera dicho antes. Si no digo nada y sigo contemplando la escena…; pues no sé, no veía muy claro que fuera lo que tocara hacer.

Al fin me dije, porque ellos continuaban a lo suyo muy acaramelados, me voy sin hacer ruido por detrás de unos matorrales para retomar el sendero ya más arriba. Y eso hice.

Pero aunque fui con cuidado, como no soy un guerrillero de esos que se mueven con extremo sigilo, me oyeron. Y entonces el chaval, mirándome le dijo a su amada doncella, el pájaro. Y se echaren a reír. Yo dije, sí el pájaro.

Y continué mi camino riéndome y pensando ¡cuán bello es el amor, pardiez!

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