FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

jueves, 26 de mayo de 2016

Hoy han venido a clase Bécquer y Miguel Hernández.


Ha sido bonito. Un momento realmente bonito. Y en educación, hoy en día, no hay tantos momentos que valga la pena compartir con la alegría de haber pasado un buen ratito.
En segundo de secundaria, en literatura, hemos estudiado a Bécquer y, entre otras tareas, debían aprenderse una rima y recitarla a los compañeros. Y lo han hecho, lo han hecho muy bien. Han vencido el apuro de plantarse delante de la clase y recitar un poemita de memoria. Hemos pasado un buen rato.
Y al final, como habíamos estudiado también qué es una elegía, para acabar “el recital”, les he leído ese poema maravilloso que Miguel Hernández dedicó a su amigo Ramón Sijé cuando murió.
Previamente les he hablado del poeta de Orihuela, de su ansia de saber, de su pobreza, de quién fue para él Ramón Sijé, de su vida breve, de su muerte injusta, como tantas otras en aquellos años terribles. Les he hablado también de los dos recitales que con compañeros suyos hicimos en el “cole”, hace ya mucho tiempo, y en los que recitaron también el poema.
Y he empezado: "En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé, con quien tanto quería".
Recitaba yo despacio, con sentimiento de lo que decía. Y ha sucedido “el milagro”. El silencio era absoluto. Y era un silencio natural, no impuesto por autoridad alguna. He percibido cómo, de algún modo, era el propio Miguel Hernández, el pastor poeta, el que ha entrado en clase y, a través de mí, les hablaba de su dolor por el amigo perdido. Sí, miraban y escuchaban de verdad. Y era para mí un placer infinito sentirme en ese momento entre mis alumnos, como cuando momentos antes recitaban ellos a Bécquer.
Y al final, cuando Miguel Hernández llama a Ramón Sijé diciéndole, "a las desalentadas amapolas del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma, compañero", ha seguido un silencio breve, roto por un aplauso espontáneo, discreto, contenido.

Sí, ha sido muy bonito. Aquí tenéis el poema entero. 


Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera;
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y en tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata le requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.

2 comentarios:

  1. Que bonito y es que las cuestiones del alma son universales!

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    1. Momentos como el que cuento en esta entrada son los que echo de menos en la jubilación.

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