Vaya
por delante que me creo muy poco de lo que nos dicen los políticos a través de
los medios de comunicación, y que pienso que la verdad de la historia, si es
que existe una verdad, solo se puede ver mucho tiempo después de acaecidos los
hechos que la conforman.
No
obstante, y con toda la humildad que me obliga a tener la conciencia de que me
entero solo de lo que los poderosos quieren que me entere, quiero dedicar hoy
unas palabras de reconocimiento a Mijaíl Gorbachov.
Para
mí entra en la historia del lado de la buena gente, de los que tomaron
decisiones valientes pensando en valores como la vida, la paz y la libertad.
Disolver la Unión Soviética, una de las máquinas de matar más formidables de la
historia, junto con el nazismo, fue un paso gigantesco en la lucha por un mundo
más seguro, más libre, en paz; un mundo mejor.
Su
sueño de una Rusia democrática pronto se vio truncado. Muchos, dentro y fuera
del aquel gran país, deberían entonar el mea culpa por lo que ahora está
pasando. Él hizo lo que pudo.
Y se
nos va de esta tierra por la puerta de atrás, sin homenajes ni reconocimientos,
como tantos otros, grandes y pequeños, conocidos y anónimos, cuyas vidas y buen
hacer hicieron de este mundo un lugar más habitable.
Sí, creo
que la historia hablará bien de él.
Descanse
en paz Mijaíl Gorbachov. Que Dios, el Dios de la Vida, la Libertad y la Paz, lo
acoja en su seno.
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