La
entrada hoy del otoño meteorológico no nos trae previsión otoñal alguna. Al
insufrible verano que hemos padecido le importa un bledo la posición de la
tierra alrededor del sol. Y sigue apretando sin misericordia y sin indicio
alguno de dejar de hacerlo.
Al
menos hasta el 14, el Día del Cristo, las mínimas seguirán por arriba de 20 y
las máximas de 30. Además nos "regalarán" días en los que el termómetro superará
los 35. El viento, soplando cada día de una dirección, parece que será flojo;
es lo único bueno.
Y de
lluvia, nada de nada. Aunque si han de ser tormentas de esas de mucho rayo,
poca agua, viento fuerte y granizo, virgencita que me quede como estoy.
Desagradable,
desagradable y desagradable. Y peligroso.
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