En una
reciente salida por aquí cerquita pude disfrutar de un impresionante
espectáculo. Era aún de noche y hacia el noreste vi una tormenta lejana en todo
su esplendor. No se oía nada, pero la actividad eléctrica en su interior era
constante. Hice fotos y vídeos a placer, mientras a ratos, simplemente
contemplaba y admiraba la soberbia fuerza de la naturaleza.
Las fotos que comparto son apenas un pálido reflejo de lo que fue aquello; un auténtico regalo que justificó con creces el madrugón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario