Seguimos
sin poder dar buenas noticias para la semana que viene, lo que ya resulta
cargante, irritante y angustioso.
Sigue
sin llover. Las máximas, por arriba de 35 casi todos los días, incluso acercándose
a los 40, y las mínimas de 20, y lo que es peor, el viento puede intensificarse
hacia el final de la semana alcanzando momentos de 70 Km/h.
La
única esperanza es que cambien los modelos por eso de que al acercarnos al
equinoccio de otoño pueden darse giros repentinos en la dinámica de la
atmósfera. Es la única esperanza.
Y
conste que no es por mi comodidad por lo que esta situación me agobia y me
satura. Es por nuestros montes, mis montes. Ya he perdido mucho este verano,
muchísimo, y no quisiera perder más.
Todo el
verde que aún nos queda pende un hilo muy frágil, y semanas como estas…
¡¡¡Odioso
verano!!!
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