Otra
vez igual. Vuelven a darse las condiciones para lluvias generales y generosas,
por tercera vez desde que empezó el otoño meteorológico; el mar calentito, aire
frío en altura y viento de levante.
Lo que
sucede es que en las dos anteriores ocasiones lo que hemos tenido ha sido
tormentas aisladas, algunas muy violentas, y poco más. Y aquí, cuatro gotas mal
contadas.
¿Volveremos
a quedarnos con alertas inútiles y dos palmos de narices? ¡Ay, aquellos
temporales de levante que se pasaban unos cuantos días lloviendo de verdad!
¿Dónde están?
Esta
tarde, viendo el cielo que había, y con la esperanza de pillar algún chubasco o
tormentita en el monte, he salido. El cielo, desde luego amenazador,
impresionante, precioso. Pero ahí se ha quedado, en un espléndido espectáculo.
¿Lloverá?
¿No lloverá? A ver si a la tercera va la vencida.
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