El día que podamos volver, después de un buen morteruelo, un paseíto por las tranquilas calles de Cuenca es un inmenso placer. |
Típico
de Cuenca, está buenísimo. Es un plato contundente, redondo, que pide buen pan
y buen vino, y que se come mejor si hace frío. Ideal para los días que se nos
avecinan. Hablo del morteruelo.
Como
nos gusta mucho y conocemos varios sitios en Cuenca donde lo hacen buenísimo,
pero ahora no podemos ir, me decidí a hacerlo yo. Y digo decidí porque es un
plato laborioso; no difícil, laborioso. Todas las veces que he hecho me ha
ocupado, entre pitos y flautas, casi toda la tarde.
Con
los ingredientes que pongo a continuación nos saldrá morteruelo para unas diez
o doce personas, pero si somos menos, podemos congelar lo que no nos comamos.
Medio
conejo o liebre.
Dos
codornices o dos perdices.
Dos
cuartos traseros de pollo o de gallina.
250
gramos de hígado de cordero o de cerdo.
300
gramos de panceta.
300
gramos de jamón serrano.
300
gramos de pan rallado.
Pimentón
dulce, una cucharadita de café.
Pimienta
en polvo, al gusto.
Clavo
molido, media cucharadita de café.
Canela.
Aceite
de oliva.
Sal.
Empezaremos
por cocer en una olla toda la carne durante hora y media. El agua debe cubrirla
sin excesos. Luego desmenuzaremos la carne retirando los huesos y la piel.
Reservaremos el caldo de la cocción y la carne por separado.
En un
recipiente amplio, para trabajar a gusto, calentaremos el aceite, añadiendo el
pimentón y enseguida el caldo de la cocción. Cuando rompa a hervir, pondremos
el pan rallado, la canela, el clavo, la sal y la pimienta, y dejaremos que hierva
unos veinte minutos.
Pasado
este tiempo, añadiremos la carne que ya habremos desmenuzado y mezclado bien,
lo removeremos todo y lo coceremos otros veinte minutos, a fuego medio, sin
dejar de remover para que no se pegue y vaya adquiriendo esa deliciosa consistencia
que nos permitirá untarlo en el pan.
Atención
a estos últimos veinte minutos por si falta o sobra caldo. Si sobra, es
cuestión de cocerlo más tiempo vigilando que no se queme. Si falta, hay que
añadir más, por eso siempre cuezo la carne con un poquito más de agua de lo
necesario, para tener una pequeña reserva de caldo por si sucede esto.
Y se
acabó. Como veis no es difícil, ni los ingredientes son raros, pero da faena. Y
si podéis hacerlo con carne de caza, mejor que mejor, pero sin ese lujo también
sale muy bueno.
Por
cierto; se come bien caliente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario