El Cantar de Mío Cid: lengua, literatura, historia... |
Las
palabras que te he escrito, Concha, en el día de tu jubilación, y que tú ya
conoces, habían ido madurando en mí hacía ya algún tiempo.
Esta tarde tan especial en tu vida, las comparto en el blog por ti y por todos los que dedican su vida a lo que tú
la has dedicado. En estos tiempos, en los que miramos la ciencia y la tecnología
como tabla de salvación, como garantía de futuro, es importante recordar
que las llamadas humanidades también son tabla de salvación y garantía de
futuro.
Querida
Concha:
No es
hoy un día cualquiera en tu vida, y más en las circunstancias en que estamos
viviendo. Tú lo sabes. Hoy te jubilas, y aunque esa palabra, como todos
sabemos, viene de júbilo, no deja de tener también un trasfondo que solo el que
ha llegado a ese día puede entender cabalmente.
Eres
la envidia de tus compañeros tal día como hoy, y más con la que está cayendo.
Pero tú, como todos los que tenemos la dicha de llegar a este momento, no
podrás evitar volver la vista atrás, a tiempos ya muy lejanos, y preguntarte
qué sentido ha tenido toda una vida dedicada a la educación.
Hazlo
sin miedo. Hazlo porque debes hacerlo para gozar en paz los años venideros, y
porque la respuesta es, sí ha tenido sentido, todo el sentido del mundo.
Has
impartido, sobre todo, lengua, española y valenciana, e historia. Ni más ni
menos. Les has regalado a tus alumnos dos joyas de incalculable valor, la que
nos permite comunicarnos y la que nos permite seguir construyendo el futuro.
¡Qué te parece!
Y nos
consta que la lengua la has dado siempre con el convencimiento de que cualquier
lengua es un tesoro inmenso, heredado de nuestros antepasados, cuyo objetivo
final es el encuentro entre las personas. Las lenguas, castellano y valenciano,
como herramientas valiosas para encontrarnos, nunca para separarnos.
Como
don Miguel de Unamuno decía La lengua no es la envoltura del pensamiento sino
el pensamiento mismo. Y eso tú lo has sabido siempre, y sabías que trabajando
la lengua, haciendo que la conocieran, que se maravillaran de su asombrosa y
compleja estructura estabas ayudándoles a saber pensar, dándoles un mapa para
que no se perdieran en el vasto océano del pensamiento.
Y la
historia, Concha. La historia. Tan importante y tan necesaria para poder seguir
viviendo, aunque no lo parezca. Tú sí has sabido siempre lo importante que es
que tus alumnos supieran y comprendieran la historia. Y es que es una necesidad
saber y comprender el pasado para poder construir el futuro.
Mira
lo que dice el papa Francisco en su encíclica Fratelli Tutti sobre estos
tiempos que corren.
…se
alienta también una pérdida del sentido de la historia que disgrega todavía
más… En esta línea se situaba un consejo que di a los jóvenes: «Si una persona
les hace una propuesta y les dice que ignoren la historia, que no recojan la
experiencia de los mayores, que desprecien todo lo pasado y que sólo miren el
futuro que ella les ofrece, ¿no es una forma fácil de atraparlos con su
propuesta para que solamente hagan lo que ella les dice? Esa persona los
necesita vacíos, desarraigados, desconfiados de todo, para que sólo confíen en
sus promesas y se sometan a sus planes. Así funcionan las ideologías de
distintos colores, que destruyen —o de-construyen— todo lo que sea diferente y
de ese modo pueden reinar sin oposiciones. Para esto necesitan jóvenes que
desprecien la historia, que rechacen la riqueza espiritual y humana que se fue
transmitiendo a lo largo de las generaciones, que ignoren todo lo que los ha
precedido»
Y
contra esto Concha tú has luchado, contra la manipulación y destrucción de la
conciencia histórica. De ahí tus apuntes densos y tus clases apuradas desde el
minuto cero. Siempre has sentido la urgencia de luchar contra esa pérdida del
sentido de la historia, y de que los jóvenes que estaban en tus manos no
despreciaran la historia, no rechazaran la riqueza espiritual y humana que se
fue trasmitiendo a lo largo de las generaciones, no ignoraran todo lo que los
ha precedido.
¿Ves
cómo hoy puedes y debes estar muy contenta? ¡Qué grande es la tarea a la que
has dedicado tu vida! ¡Qué importante! Hasta el Papa te lo dice.
Y otra
cosa que debes saber. Y es también muy bonita. ¿Tú sabes lo que han percibido
siempre de ti tus alumnos? Que te has preocupado por ellos. Que has visto en
ellos a la persona que eran; que cada uno no ha sido ante ti uno más, un número
más en la lista. ¿Sabías esto? ¿Alguien te lo había dicho? Pues ya lo sabes.
Alégrate.
Sea hoy un día de verdad de júbilo. Y si lloras, cosa que no será de extrañar,
sea de gozo, de paz, de satisfacción por el deber cumplido.
Y
ahora, para acabar mira adelante. Hay mucho que hacer porque todo lo que ya has
hecho, toda tu vida de entrega y dedicación a la educación, te protege y te
impulsa hacia el futuro.
Un
fuerte abrazo de todos tus compañeros y ¡que Dios te bendiga!
Muchísimas gracias, Jesús (CERVANTES) por tus bellas y sentidas palabras. Sé que son sinceras por eso me han conmovido. No me esperaba nada, dadas las circunstancias tan nefastas que estamos viviendo.
ResponderEliminarAgradezco de todo corazón a mis compañeros el gran regalo que es su amistad y cariño. He llorado y he reído con todo lo que habéis preparado en el vídeo.
He sido muy feliz con vosotros y con mis queridos alumnos. Me despido queridos compañeros del alma, con las mismas palabras de nuestro admirado MACHADO que he dedicado hoy a mis queridos alumnos en mis últimas clases:
"... conmigo vais, mi corazón os lleva..."
Muchas gracias Jesús e Isabel. Cuidaros mucho.
Conxa
"...conmigo vais, mi corazón os lleva..." ¡Qué bonito! ¿Verdad? Pues lo mismo digo, lo mismo te digo. ¡Ojalá nos volvamos a ver un día en la calle, a cara descubierta, y nos demos un abrazo! Es el deseo y la esperanza.
Eliminar¡Feliz Navidad!