FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

miércoles, 16 de enero de 2013

El misterio del metro a Ribarroja.



A lo largo de mi vida he tenido que convivir con diversos misterios, algunos de los cuales dejaron de serlo y otros han continuado siéndolo hasta hoy. Desde hace algunos años hay uno que me resulta profundamente intrigante. Es un misterio insondable, un enigma indescifrable que está aconteciendo en la villa en la que habito y trabajo hace más de treinta años.
Sita a orillas del Turia, y a veinte kilómetros de la ciudad de Valencia, Ribarroja estaba antaño comunicada con ésta por una vía férrea, por la que circulaba un tren que hacía gran servicio a estudiantes, damas, caballeros y demás habitantes que, o no tenían, o no podían, o no querían (cosa muy ecológica) utilizar su coche.
Se explicó en su momento que el tren dejaría de circular y se pondría en su lugar una línea de metro, alargando hasta aquí la que primero iba a llegar a la próxima ciudad de Manises. Bien. Más cómodo y todo.
Dicho y hecho. El tren voló un 31 de marzo de 2005 y vino el autobús provisional; pero no era lo mismo, no es lo mismo. Tiempo después, se iniciaron las obras de trasformación de la línea. La línea de metro llegó hasta Manises… aeropuerto… ¡Ya quedaba menos para que llegara hasta nuestra villa! Se puso el balasto, los raíles, tan monos ellos, los postes para la catenaria y… ¡huy!, ¿qué ha pasado? Llegó la crisis antes que la catenaria y ahí nos quedamos. Y el tiempo sigue pasando. Y seguimos sin catenaria, y los potenciales usuarios buscándose la vida como pueden.
Y este es el misterio. ¿Por qué estamos todavía sin metro, sólo porque falta la catenaria? El personal se pregunta:
A.- ¿Será por causas económicas?, ¿tan caro es electrificar diez kilómetros? Dicen que ocho millones de euros. Pese a la crisis, el Consell está invirtiendo en proyectos mucho más caros. ¿Por qué aquí no? Misterio misterioso.
B.- ¿Será por causas políticas? No es posible. En Madrid, Valencia y aquí manda el mismo partido. No es lógico un “autoputeo”.
C.- ¿Será porque no somos suficientes habitantes? Más de veintemil y en aumento, entre el pueblo y alrededores. ¿No es suficiente? Igual hay que criar más…
D.- ¿Será porque sólo protestamos de vez en cuando y civilizadamente? ¿Será porque no montamos numeritos que atraigan a los medios de comunicación, y hablamos entonces desgarradora e indignadamente delante de las cámaras?
         En fin, ¿qué será, será…? ¡Ché!, un misterio mondo y lirondo. Pero para mí, lo más misterioso de este misterio misterioso y en extremo enigmático es  lo siguiente: ¿no sabe el partido en el gobierno municipal, que si no viene el metro antes de las próximas elecciones, el coste electoral puede ser muy alto, quizá decisivo? Por la cuenta que le trae, debería coger la antorcha de la reivindicación con determinación y energía, porque si lo sabe y no actúa con contundencia, flipo; y si no lo sabe, cosa que no creo…, pues fliparía más todavía.
         Bueno pues eso, que flipo. Misterios insondables. Pero el pueblo sin metro. 

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