FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

domingo, 20 de enero de 2013

Fueron ellos, mis padres.

Son fotos antiguas, pero es que hace tiempo de esto, y el tiempo deja su huella, también en las fotos.

En el valle de Hecho.
En la Artiga de Lin. Arán.
En el valle de Tena.
En el valle de Benasque.

Fueron ellos, mis padres, los que desde muy pequeño, nos indicaron a mis hermanos y a mí, el camino de las montañas. La Cañada y Fuente la Higuera, los lugares del primer encuentro.
Después, el paso del tiempo fue conduciéndonos por otras montañas: la sierra Calderona, el Javalambre, Sierra Nevada. El Pirineo, entrevisto desde viajes a Lourdes, a Andorra, al principio con un 600…Un primer viaje a  Ordesa…
La semilla estaba echada, y creció y fructificó.
Por eso es justo, que con el paso del tiempo, llegara el momento de ser nosotros los que les mostráramos ese mundo, que ellos nos habían señalado sin conocerlo apenas.
Han sido muchos los viajes que hemos hecho juntos. Muchos los paisajes, las excursiones, las cenas en pueblos, en refugios, en el monte. Hemos ido en primavera, en verano, en otoño y en invierno. Nos ha llovido y nevado. Ha lucido el sol. Hemos sentido, sufrido y gozado los cuatro vientos.
Pero de todos los viajes, son los de este tiempo de noches largas, nieves, fríos y lluvias, los que recuerdo de un modo más entrañable.
Quizá por ese ambiente dulce y sosegado, un punto melancólico, que tienen las montañas en estos meses del otoño y el invierno. Quizá porque tras las duras jornadas estivales, gozaba más del reposo que daba un día gris, lluvioso, o una mansa nevada, con quienes me habían enseñado el camino a aquella tierra, que ellos, aún sin casi conocerla, también amaban.
Ya mi padre realizó su última ascensión; sé que vela por nosotros, desde las cimas más altas, en la luz más pura y en el gozo más completo.
No puedo menos que agradecerle profundamente a él y a mi madre, que sigue deseando ir a los Pirineos, y va, cuantas más veces mejor, los tres regalos más grandes que me han hecho: la vida, la fe y las montañas.
Y siempre que voy, pero sobre todo en estos meses, tengo la sensación de que allí me encuentro con algo más que montañas y bosques, viendo con qué belleza, con qué serenidad, con qué paz se prepara todo para la primavera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario