FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

sábado, 6 de mayo de 2017

Carta abierta al Conseller de Educación, Vicent Marzá. Otra vez.


El 22 de mayo del año pasado le escribía una carta abierta, entre el desasosiego y la esperanza, que acababa con las siguientes palabras:

No contribuya a romper ese sueño al que muchos aún nos aferramos. Aquí cabemos todos. Quítese esas gafas que le han puesto y analice la realidad, que hay mucho trabajo y hemos de hacerlo juntos.
Pero temo que no se las quite. ¡Cuánto se parecen a eso contra lo que creen luchar! ¡Cuánto se parecen! Creo que tendremos que salir a la calle por la libertad, más veces, muchas más  veces. Ojalá me equivoque.

Y no me equivocaba. Ha habido que volver a salir a la calle por la libertad, porque usted y los suyos siguen empeñados en romper ese sueño de una sociedad libre y democrática donde todos quepamos, y paradójicamente lo hacen en nombre de la libertad y la democracia.
Siguen ustedes con su acoso a la educación concertada; ahora al bachiller. Y yo me pregunto, ¿qué es lo que les molesta de los centros concertados en general y en concreto de los de bachiller?
Les cuestan mucho menos dinero que los públicos. Tienen ustedes toda la autoridad sobre ellos en lo referente a lo organizativo. Establecen ustedes sus objetivos educativos. Conocen y han de aprobar su ideario y sus planes de actuación. Determinan ustedes los criterios de admisión del alumnado. Controlan escrupulosamente su financiación. Los alumnos acceden a la universidad igual que los de los públicos. ¿Dónde está el problema?
Que son elitistas, dicen. Eso fue en otros tiempos, y en cualquier caso está en sus manos evitarlo si actualmente en algún caso es cierto. Y tendrán ustedes toda la razón si así lo hacen.
Que manipulan ideológicamente a los jóvenes. Falso. El ideario de cada centro es público y está aprobado por ustedes, así como los planes de actuación. Y si van a ése, y no a otro centro es porque saben a qué van y sus padres lo han querido. Y eso no es manipular.
¿Qué otros problemas puede haber? Los hay, pero son inconfesables, pero los hay, y yo se los voy a decir.
Que suelen tener un alto nivel educativo pese a gozar de menos medios materiales, y eso a veces es demasiado evidente. Y difícil de explicar. Por eso, es más fácil “eliminar la competencia” que trabajar duro para superarla.
Que un número importante de adolescentes, en una edad clave para su formación como ciudadanos, escapan a su manipulación, porque, señor Marzá, hay una intolerable manipulación ideológica en ciertos sectores del profesorado de la enseñanza pública, sobre todo en estas edades.
Que detrás de la mayoría de estos centros está la Iglesia, y eso a usted y a demasiada gente, parece que les da todavía una pavorosa “urticaria psicológica”. Y es que a usted le han manipulado, le han llenado la cabeza de prejuicios y no le han dado la amplitud de miras que otorga la verdadera cultura. Y ese sistema educativo, que perpetúa en vez de cambiar la sociedad, es en el que usted se ha educado, es el que defiende.
Señor Marzá, otra vez, esta calurosa tarde de mayo, sale la gente a la calle para recordarle que no somos "enemigos", que podemos y debemos trabajar juntos, que si hay padres que quieren una educación con un carácter explícito, normalmente cristiano, para sus hijos, tienen el derecho constitucional de tenerla.
Soy el primero que he aborrecido siempre la educación elitista. Los colegios de “niños bien”, hijos de papás ricos. Los colegios privados, sin concierto alguno. ¿Y sabe usted, con esta persecución, lo que va a conseguir? Los va a hacer “engordar”, porque el papá que pueda y, por el motivo que sea, no se fíe de la pública, llevará a sus retoños a esos colegios que sin pudor alguno se jactan de formar líderes, de formar a los futuros dirigentes de nuestra sociedad. Con su dinero, porque lo tienen, esos señores se pagarán la libertad de enseñanza. Y para los que no les salgan las cuentas a final de mes, no habrá libertad de enseñanza. Y eso, estaremos de acuerdo usted y yo, da un asco…
Señor Marzá, otra vez se lo digo. Está golpeando donde no debe. Se está equivocando de “enemigo”. Para mejorar la educación pública no tiene por qué acabar con la concertada. No somos nosotros el problema. No mejora nada con este acoso y derribo.
No sé si en Finlandia habrá descubierto que las antiparras que le han puesto desde que era niño no le dejan ver el mundo como es. Y eso, en una persona con su responsabilidad, es una verdadera lástima y un gran problema.

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