FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

jueves, 25 de mayo de 2017

No puedes no tenerlo todo.


Hay publicidad que es inmoral. Y además ilegal, por muy blindada que esté por abogados sin escrúpulos. Conmigo esa publicidad tiene el efecto contrario al que buscan; me convence de no tener trato alguno con la empresa que se publicita aunque me cueste más caro.
Estoy hablando de ese anuncio en que, en un entorno de meditación y paz, el gurú insta a sus discípulos a tenerlo todo a cambio de poco. La frase final del convincente comunicador es que no puedes no tenerlo todo.
Fijaos, no puedes no tenerlo todo. El asunto va de seguros. Habla de la paz que da saber que tu seguro lo cubre todo. Esto, de entrada, es engañoso, pues cada póliza cubre lo que cubre y cuesta lo que cuesta, lo que queda registrado escrupulosamente en el contrato que el cliente firma con la empresa. Y estas atractivas generalizaciones no son más que trampas para incautos, y problemas para los corredores de seguros.
Pero no es esto lo grave del asunto, lo que para mí hace detestable el anuncio en cuestión, y por consiguiente la empresa que hay detrás, es lo que transmite el mensaje: no puedes no tenerlo todo. Tienes derecho a tenerlo todo y, además, a cambio de poco.
Ese mensaje de consumismo extremo es lo que a mucha gente se le queda dentro. Esa frase cala como un veneno mortal desligada de su contexto de pólizas de seguros, contexto éste en el que tampoco es cierta.
Es pues un anuncio falso en su contenido explícito, y vergonzosamente indigno en el mensaje de fondo que transmite. Y hace daño, a muchas personas estas cosas les hacen daño.
No es cierto que no puedas no tenerlo todo. Hay muchas cosas que no puedes tener y nunca las tendrás, en tus pólizas de seguros y en tu vida. Y el problema es que lo de las pólizas tiene fácil arreglo, se ajusta lo contratado a su coste y punto. Pero en la vida el asunto es más complejo. Has de aceptar que no puedes tenerlo todo por mucho que te esfuerces. Y eso, a menudo, duele, si no tienes “el coco muy bien amueblao”.
Y si encima un señor tan convincente te dice en la tele, una y otra vez, esa pérfida majadería, te ponen más difícil todavía el aceptar la cruda realidad. ¡Claro que quiero tenerlo todo! Todo, todo y todo. Y además, si puede ser, "de gratis". Porque si no es así no estaré en paz, no seré feliz… 
¡Qué inmensa mentira! ¡Qué vergüenza! Si fuera abogado y tuviera recursos suficientes le montaba un pleito a esta empresa por semejante publicidad. Pero debe ser que no hay abogados con recursos dispuestos a “desfacer entuertos” por amor al arte. Y ya lo he dicho, no soy ni abogado, ni tengo recursos. Sólo tengo la palabra.

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