FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

martes, 9 de enero de 2024

Decepción total.


 

Una vez más, y ya he perdido la cuenta, decepcionante. De una previsión que hablaba de lluvias muy importantes entre martes y jueves, hemos pasado a una ligera llovizna esta noche, y veremos.

No, aquí no va a llover. Prácticamente en toda España lloverá, pero aquí no. Lloverá y nevará, pero aquí no. No y no. Si recogemos tres o cuatro litros, ya nos podemos dar por satisfechos. Lo dicho, decepcionante. Y peligroso.

El monte y el campo no pueden estar más secos. Las plantas y los árboles se agostan (la palabra viene de agosto) en enero. Muchas se secarán del todo, y los ciclos naturales de la agricultura de secano se cortarán con las consecuencias que ello conlleva. El riesgo de incendio, y más cuando vuelvan los ponientes, es extremo.

Porque, y esta es otra, el domingo se iniciará una entrada de ponientes que seguirá la semana que viene con vientos fuertes y subida drástica de temperaturas. Mínimas de 13 y 14 y máximas entre 23 y 25. Lo peor que puede pasar.

No recuerdo una situación meteorológica tan desastrosa y tan larga. Y nada podemos hacer. Contemplar impotentes cómo la lluvia pasa por el norte y el sur, por el este y el oeste, y aquí nunca llega. Parece que sí, como esta vez; parecía que sí, y al final nada. Y aguantar los vientos secos, que nunca faltan a la cita, castigando y castigando sin compasión.

Hay un salmo, el 64, en el que se da gracias a Dios por sus beneficios. Uno de ellos es la lluvia, el agua que da vida. Con el final del salmo, bonita descripción de la tierra bendecida por el cielo, acabo esta triste entrada.

 

Tú cuidas de la tierra, la riegas

y la enriqueces sin medida;

la acequia de Dios va llena de agua,

preparas los trigales;

 

riegas los surcos, igualas los terrones,

tu llovizna los deja mullidos,

bendices sus brotes;

coronas el año con tus bienes,

tus carriles rezuman abundancia;

 

rezuman los pastos del páramo,

y las colinas se orlan de alegría;

las praderas se cubren de rebaños,

y los valles se visten de mieses,

que aclaman y cantan.

 

Sal. 64,10-13.


121 días sin llover. Solo 9 litros.

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