Por
primera vez, desde mediados de septiembre, puedo hablar de la posibilidad real
de que llueva de verdad. Pero solo de la posibilidad, porque aún no está claro
en qué va a acabar esto. Podríamos volver a pasar la mano por la pared o caer
cuatro gotas mal contadas. El hecho de que cayeran 10 o incluso 20 litros,
sería cuatro gotas mal contadas.
Hace
falta mucha agua, y las previsiones hablan de la posibilidad de precipitaciones
entre la tarde del martes y el miércoles. Mucho tendría que llover en tan poco
tiempo para lo que necesitamos.
Pero
en fin, menos da una piedra.
Así
pues, mañana y el jueves, viernes, sábado y domingo tendremos cielos despejados
o poco nubosos y temperaturas entre 2 y 15 grados, con vientos secos del
noroeste, ¡cómo no! Y el martes y el miércoles, nubes y vientos variables,
siendo esto lo que me mosquea, porque aquí llueve cuando el viento viene del
mar, no cuando cambia de dirección continuamente. Y en cuanto a las
temperaturas en estos dos días, subirán las mínimas y bajarán las máximas.
Entonces,
¿qué decir como resumen? Que igual tenemos un regalito atrasado de Reyes que,
por muy generoso que sea, no llegará más que a mojarnos los labios.
Y por
cierto, caiga lo que caiga, tierra adentro y en las montañas más altas será
nieve.
119 días sin llover. Solo 9 litros.
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