Alegrémonos,
y gocemos y démosle gracias a Dios, y quien no sea creyente a quien se le
ocurra, porque el sábado muy, muy, muy posiblemente, bajan las temperaturas y
hasta llueve.
El
calor inmundo y asfixiante se bate en retirada. Las mínimas pueden bajar hasta
15, y las máximas se alejan de los 30, pero por bajo. Y esto durará dos o tres
días. Algo es algo. Y con un poquito de suerte, en adelante, sólo de modo
puntual las máximas volverán a rebasar los 30, pero las mínimas se quedarán ya
rondando los 15.
Ya
veremos. Esperemos ahora el regalo del sábado y el domingo, que bien ganado lo
tenemos después de todo el verano.
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