Hoy
hemos tenido un atardecer impresionante, precioso, de esos que si estás en un
lugar con amplios horizontes, una llanura, la cima de una montaña, se
convierten en una experiencia estética inolvidable; incluso van más allá de la
experiencia estética…
Pero estaba en el pueblo, y aun así ha valido la pena. Comparto cuatro fotos, dos de Isabel y dos mías. Ha sido un inesperado regalo que hemos podido disfrutar brevemente, entre edificios y coches.
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