FRASES PARA PENSAR.

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QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

sábado, 15 de agosto de 2020

Más allá de flores, nubes blancas y angelitos gorditos.

 

Como el formato en el que tengo la oración con Pedro Casaldáliga no me permite, al menos yo no sé hacerlo, compartirlo adecuadamente en el blog, ofrezco la posibilidad de que si a alguien le interesa me la pida por correo y se la enviaré ipso facto. Y digo esto hoy porque era cuando pensaba publicarla.

¿Y por qué hoy? Pues porque hoy es el día de la Asunción, es decir, el día en que la Iglesia celebra la elevación al cielo, en carne mortal, de María, la madre de Jesús. Dogma  desde que el papa Pio XII lo proclamó en 1950.

Ya sé que este asunto, a mucha gente, le causa estupor, incredulidad e incluso risa monda y lironda. Y es que creamos estas cosas o no las creamos, es fácil quedarnos, una vez más, en la superficie, en la corteza del asunto.

Con este dogma la Iglesia reconoce a una mujer, a María de Nazareth, a la Virgen María, la más alta dignidad que como ser humano se puede alcanzar. Porque fue madre de Jesús, el Hijo de Dios. Por su vida; por todo lo que hizo y dijo; por cómo lo dijo y lo hizo.

Y a menudo, y porque le interesa al sistema que tenemos montado, en una maraña dorada de flores, joyas y bordados, cielos azules y hermosas nubes blancas en las que juegan angelitos retozones y gorditos, perdemos de vista a aquella mujer judía que, obediente a la voluntad de Dios, “eh, aquí la esclava del Señor”, dijo, cosas como:

“Él hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos

y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos”.

Lc.1,51-53.

Y caer en la cuenta de esto hace del dogma de la Asunción algo profundamente revolucionario, radicalmente subversivo. ¿O no?

¡Feliz Día de la Asunción! Y felicidades a Asunciones, Asuns, Marujas, Asuntas…


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