Contestó
la chiquilla, unos catorce años, a su madre, no voy porque éramos muchos, y
algunos van sin mascarilla, y he pensado en la abuela y, ¡bueno, pues eso, me
he quedado en casa!
Iban a
playa, pero ella no fue. No sé si será consciente de la grandeza de su
gesto.
En el
cielo negro de la larga noche que estamos viviendo, esta niña es una estrella
que nos ilumina con su luz. Y hay más estrellas, ¿verdad? Hay más estrellas
rompiendo la larga oscuridad.
Gracias
chiquilla, gracias.
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