Me ha
llegado por Facebook, enviado por una amiga, la carta de una
profesora de un instituto público con acertadísima y lapidaria frase final,
dedicada a nuestra ministra de igual/da. La titula Para los “ignorantos e ignorantas”; la autora es Marieta Vigo.
Es muy
buen momento compartirla hoy, la víspera de la reanudación de las clases, en un
sistema educativo que siendo ya una piltrafa sin el virus, va a alcanzar con
él, sin lugar a dudas, la “sima piltráfica” más honda que imaginar podamos.
Porque
si un sistema serio, vigoroso, bien organizado, coherente, libre de
manipulaciones ideológicas y políticas, lo tendría difícil, no os digo yo cómo
lo va a tener el patético circo educativo que tenemos en España.
PARA LOS “IGNORANTOS E
IGNORANTAS"
Yo no
soy víctima de la Ley Orgánica de Educación. Tengo 69 años y he tenido la
suerte de estudiar bajo unos planes educativos buenos, por encima de las
estadísticas de aprobados y de la propaganda política.
En el
jardín de infancia (así se llamaba entonces lo que hoy es "educación
inicial") empecé a estudiar con una cartilla que todavía recuerdo
perfectamente: la A de "araña", la E de "elefante", la I de
"iglesia" la O de "ojo" y la U de "uña"... En
Primaria estudiábamos Lengua, Matemáticas, Ciencias... En 6º de Primaria, si en
un examen tenías una falta de ortografía del tipo de "b en vez de v"
o cinco faltas de acentos, te bajaban y bien bajada la nota. En Bachillerato,
estudié historia, geografía, matemáticas, química, biología, física, latín, literatura
y filosofía.
Leí El
Quijote y El Lazarillo de Tormes; leí Lanzas coloradas, Casas muertas, Doña
Bárbara y otros... Pero, sobre todo, aprendí a hablar y a escribir con
corrección. Aprendí a amar nuestra lengua, nuestra historia y nuestra cultura.
Y...
vamos con la Gramática:
En
castellano existen los participios activos como derivado de los tiempos
verbales. El participio activo del verbo atacar es "atacante"; el de
salir es "saliente"; el de cantar es "cantante" y el de
existir, "existente".
¿Cuál
es el del verbo ser? Es "ente", que significa "el que tiene
identidad", en definitiva "el que es". Por ello, cuando queremos
nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el
verbo, se añade a este la terminación "ente".
Así,
al que preside, se le llama "presidente" y nunca
"presidenta", independientemente del género (masculino o femenino)
del que realiza la acción.
De
manera análoga, se dice "capilla ardiente", no "ardienta";
se dice "estudiante", no "estudianta"; se dice
"independiente" y no "independienta"; "paciente",
no “pacienta"; "dirigente", no dirigenta";
"residente", no "residenta”.
Y
ahora, la pregunta: nuestros políticos y muchos periodistas (hombres y mujeres,
que los hombres que ejercen el periodismo no son "periodistos"),
¿hacen mal uso de la lengua por motivos ideológicos o por ignorancia de la
Gramática de la Lengua Española? Creo que por la dos razones. Es más, creo que
la ignorancia les lleva a aplicar patrones ideológicos, y la misma aplicación
automática de esos patrones ideológicos los hacen más ignorantes (a ellos y a
sus seguidores).
Les
propongo que pasen el mensaje a sus amigos y conocidos, en la esperanza de que
llegue finalmente a esos ignorantes semovientes (no "ignorantas
semovientas", aunque ocupen carteras ministeriales).
Lamento
haber aguado la fiesta a un grupo de hombres que se habían asociado en defensa
del género y que habían firmado un manifiesto. Algunos de los firmantes eran:
*el dentisto, el poeto, el sindicalisto, el pediatro, el pianisto, el golfisto,
el arreglisto, el funambulisto, el proyectisto, el turisto, el contratisto, el
paisajisto, el taxisto, el artisto, el periodisto, el taxidermisto, el
telefonisto, el masajisto, el gasisto, el trompetisto, el violinisto, el
maquinisto, el electricisto, el oculisto, el policío del esquino y, sobre todo,
¡el machisto!
Si
este asunto no te da igual, pásalo por ahí. Con suerte termina llegando a los
ministerios. Porque no es lo mismo tener un cargo público que ser una carga
pública.
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