NOTA
DE LA SEMANA: 5
Suele
acontecer que, cuando pasada la canícula, al empezar a acercarnos hacia el
equinoccio de otoño, el verano empieza a aflojar, van suavizándose las
temperaturas, sobre todo las mínimas, llegan lluvias, y la vida, que ha
soportado como buenamente ha podido los rigores del calor, va renaciendo (mis
rosales me lo dicen); pero aquí puede suceder justo lo contrario, y de hecho
sucede demasiado a menudo.
El
movimiento de las borrascas preotoñales, que riega y refresca la península
entera, aquí nos da el golpe de gracia, con ponientes que nos ponen al borde
del cataclismo ecológico. Ese es el peligro que tenemos ahora. ¿Llegarán antes
las lluvias o los ponientes?
Hoy ha
sido un día seco y caliente, pero con viento no demasiado fuerte. ¡Menos mal! Como
un aviso de lo que se nos puede venir encima. Pero afortunadamente solo un
aviso.
Mañana
volverán los levantes y parece, solo parece, que nos acompañarán toda la
semana. No obstante, las temperaturas seguirán desagradablemente altas,
rondando los 35 las máximas y los 20 las mínimas, con algún gradillo por bajo, de vez en cuando, estas últimas.
Por lo
demás, cielos básicamente despejados con algunas nubes de adorno, y ningún riesgo de lluvia, ni de tormenta; ¡vamos!, de nada que caiga del cielo
como no sea el cascote de un edificio o la piña de un pino.
¿Nota?
Pues un 5 por eso de seguir los levantes; y no le pongo más porque las
temperaturas, sobre todo las máximas, me parecen excesivas. ¡Ya podían empezar a suavizarse!
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