FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Fuente la Higuera vino a la fiesta con el vino.

El día de mi cumpleaños, este pasado 15 de noviembre, Isabel me organizó una bonita fiesta. La fiesta no era sorpresa, pero sí lo eran el dónde y el cómo. Como es habitual en ella, cuidó todos los detalles y realmente consiguió su objetivo. Fue divertida, amable y entrañable.
Pero de entre los muchos detalles que tuvo en cuenta hubo uno que me resultó especialmente evocador. Se ocupó de que el vino fuera de Fuente la Higuera. Icono, un tinto que me gusta mucho y además que es de ese pueblo que tan hondo tengo en mi memoria y del que tan gratísimos recuerdos  guardo.
Y de esa sabia manera, plantó en el centro de mis sesenta años recién cumplidos, los recuerdos más gratos de mi infancia.
Fuente la Higuera es mi Moguer particular. Cuando leo Platero y yo, uno de "mis libros de cabecera", me voy inevitablemente allí, y me dejo envolver por los recuerdos. Podría situar muchos capítulos del libro en lugares concretos, algunos de los cuales aún existen, otros ya no…
Porque el paisaje de Fuente la Higuera, debido a su estratégica situación geográfica, ha cambiado mucho, y sigue cambiando. Carreteras, autovías, vías férreas han troceado el terreno cuarteando esa extensión de campos y montes  que disfrutaba de niño desde Santa Bárbara, o mejor aún desde el Capurucho.
La Casa del Ángel, la Font de la Noguera, el Bobalar, el río Cáñoles, la vieja estación, el “tunelet” y el túnel de Mariaga, la entrañable “Balseta Pijirri” y tantos y tantos rincones…
Rincones que han ido cambiado con el tiempo, como yo, como todos, pero que si cierro los ojos, los veo tal cual eran hace más de medio siglo. Huelo el tomillo, el romero y el espliego. Los carros cargados de uva, y los sarmientos ardiendo en casa a la hora de la cena, para asar el embutido y las chuletas, son aromas que me llevan atrás en el tiempo y de los que me encanta seguir disfrutando.
Y la luz de septiembre, y el frío al salir de la novena, y ese calor y ese olor a casa de pueblo de entonces, que me parece aún hoy, el mejor de los perfumes. Y la música envolvente de la Dançà, con el tío Vicente corriendo de aquí para allá…
Por eso, ese vino, que regó la muy buena cena que el catering de Simó nos ofreció, estuvo  bien puesto allí. Con él vinieron a mí hondos y hermosos recuerdos, y con él brindamos por el pasado, el presente y el futuro.

La Balseta Pijirri.
Ermita de Santa Bárbara.
El pueblo desde las subida a la ermita.Delante mismo la autovía en construcción.
Atrio de la ermita.
La campana de la ermita.
Perspectiva de los campos desde santa Bárbara.
Otra bonita perspectiva.

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