Llevo días dándole vueltas a esto de los yihadistas y
creo haber llegado a unas conclusiones que puedo exponer de un modo claro y
breve. Al menos eso voy a intentar, ser claro y breve.
Esta aberración, que cada vez se perfila más como un
monstruo desbocado, difícil de contener, me recuerda mucho a Saurón, el Señor
Oscuro, el Mal, en El Señor de los
anillos. Y esto es lo primero que hay que hacer, dejarse de ñoñeces
políticamente correctas, e identificar al enemigo, porque hay un enemigo. Y ese
enemigo viene del pasado, vive en la Edad
Media , y se ha hecho fuerte con todos nuestros abusos,
nuestras injusticias, nuestros atropellos y nuestra prepotencia.
Y este es el reto. No sólo hay que plantarles cara,
sino regenerar nuestra propia civilización de la que tan orgullosos estamos. Es
una ingente tarea a dos bandas.
Primero y ya, plantarles cara. Van a ser necesarias
las fuerzas de seguridad, tanto militares como civiles, y vamos a tener que
renunciar todos, en ocasiones, a ciertas libertades. Y va a haber muertos. Ya
los está habiendo. Negar esto queda “muy mono”, pero es de una ingenuidad y de
una simpleza alucinantes y peligrosas en las autoridades.
Y en segundo lugar vamos a mirarnos a nosotros
mismos. Entonemos un “mea culpa” y pongamos enseguida manos a la obra. Es
urgente también hacer las cosas de otro modo. Voy a hacerme cinco preguntas.
¿Por qué en aras de una libertad mal entendida hemos
relativizado todo? ¿Por qué tan insensatamente hemos renunciado a lo absoluto,
quizá pensando que no nos hace falta? Hay valores absolutos: la dignidad de
todo ser humano, la justicia, la libertad, la vida… Y eso se enseña y se vive.
¡Ojo con la educación!¡Ojo con el entorno familiar en el que crecen los niños!
¿Por qué se monta la que se monta, y con motivo, por
el atentado de París, y no pasó lo mismo por ejemplo, por el de Kenia? Eran también jóvenes,
asesinaron a más de 150 en la universidad de Garissa. Pero aquello es África y eran negros, ¿no? Y como esto hay
mucho, casi todos los días, pero lo dicho, como no pasa aquí…Tendremos que empezar a pensar en tener banderas a media asta casi todos los días...
¿Por qué hemos permitido durante años, y seguimos
permitiendo los barrios marginales, los guetos, la segregación racial en
nuestras ciudades? Jóvenes abocados al paro, a la delincuencia, a la droga, sin cultura, sin
expectativas de una vida digna, sin futuro. Vidas sin sentido que seguirán a cualquier "pirao" que les de sentido... y dinero.
¿Por qué no exigimos el control del sistema económico
capitalista para evitar crisis que lleven a millones de personas a la pobreza
en nuestra opulenta Europa; para evitar que países enteros vivan postrados en una crisis
permanente para que nosotros podamos seguir despilfarrando?
¿Por qué hemos convertido nuestra democracia en un
ridículo enfrentamiento permanente entre gobierno y oposición? ¿Por qué en las campañas electorales, por ejemplo, no expone cada partido su programa y deja a los otros en paz?
Se trata de servir al ciudadano, y si para servirle mejor hemos de trabajar
juntos, pues…eso, trabajamos juntos. Actualmente la política es fea, nuestra
democracia es fea, y no tendría por qué serlo.
La respuesta a estas preguntas, pienso que nos indica caminos que hemos de recorrer con urgencia y sin miedo. Son cuestiones éticas,
económicas y políticas. Las cuestiones policial y militar, desgraciada, triste,
inevitablemente, también van a ser caminos a recorrer con todas sus consecuencias.
Está en juego la civilización. Podemos volver a la
Edad Media. Ellos están en la Edad Media y quieren
que el mundo entero entre de nuevo en la Edad
Media.
Y un apunte final. Recorrer estos caminos, en España, lo
tenemos más difícil que en otros países del mundo. Tendremos que mirar de una
vez por todas adelante y aprender a vivir juntos, sin hacernos daño unos a
otros. ¿Seremos capaces?
No hay comentarios:
Publicar un comentario