FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

viernes, 20 de abril de 2018

Un lugar perdido y solitario.



Un día de estos, andando por los montes, me interné por una trocha desconocida en plan exploración de nuevas rutas. Pensaba que el sendero, mínimo pero claro, se dirigía a un collado al que me pareció oportuno llegar, pero no iba hacia allí. En un momento determinado el senderito se encaramó por una ladera de fuerte pendiente, cada vez más empinada, aunque su buen trazado hacía fácil el avance. Pensé, poca gente viene por aquí.
En una revuelta del sendero, ya muy arriba, pasé junto a una cornisa que parecía tener una vista espectacular. Dejé la mochila y la seguí hasta llegar a una minúscula terraza tras la cual se abría una gruta. Me acerqué y me pareció ver algo en su interior. La vista, desde la entrada, era realmente muy bonita.
Para introducirme tuve que agacharme, pero dentro se podía estar de pie. Y allí, en un rinconcito, descubrí una especie de pequeña capillita con diversos objetos religiosos. Me sorprendió, y me quedé un rato sentado en el silencio absoluto de aquel rincón oculto y perdido en la sierra.
Con los datos que pude extraer de lo que allí vi, investigué con un amigo en internet, al llegar a casa, y descubrimos toda la curiosa e interesante historia de aquel lugar perdido.
Pero no voy a ser yo quien le dé publicidad. No hay allí nada secreto ni misterioso, pero tiene el paraje una magia que se rompería si lo conociera demasiada gente.
Además, en los tiempos que corren, con los montes convertidos en vulgares estadios deportivos, con los caminos y senderos flanqueados de “basuras glucémicas”, con los “justicieros anticlericales” que siegan cruces, destrozan belenes y decapitan vírgenes, mejor es que aquel rincón siga allá arriba, perdido y casi desconocido, y que en el camino de acceso no haya ni la más mínima indicación.
De verdad que me sabe mal no dar más datos, no invitar a que se conozca más, pues el rincón vale la pena, pero estoy demasiado cabreado con la manera en que cada vez más gente se acerca a nuestras montañas.
Por eso sólo digo que eso existe, y no muy lejos. Y que si alguien quiere conocerlo, que me lo diga personalmente. Y a quien ya lo conozca, le sugiero que sea discreto, porque desgraciadamente, hoy en día, popularizar se convierte rápidamente en vulgarizar. Ya sabéis, basura, gritos, carreras varias, pintadas, imágenes rotas…

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