FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

martes, 5 de abril de 2016

¿Qué son los papeles de Panamá?

¿QUÉ SON LOS PAPELES DE PANAMÁ?
UN ESPEJO.

¡Vaya por Dios! Resulta que hay más ladrones de los que pensábamos. ¡Qué fuerte! ¡Increíble! Políticos y políticas, deportistas y “deportistos”, artistas y “artistos”, hasta personas y “personos” de sangre azul están “embadurnaos” con eso de Panamá. ¡Qué sorpresa! ¡Qué decepción!
¿Sabéis lo que os digo? Que lo que a mí me ha sorprendido es que el personal se haya sorprendido. Me parece de una ingenuidad infantil y peligrosa en adultos, pensar que “to el mundo e güeno” y más cuando hay dinero en juego.
Pienso, y es triste decirlo, que cuando una persona puede “robar” de cualquier modo y piensa que no le van a pillar, normalmente lo hace. Y punto. Si tiene escrúpulos de conciencia siempre se encuentran justificaciones narcotizantes; no es difícil. Una de ellas, de las más frecuentes: si todos roban, ¿por qué yo no? O esta otra: quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón, y como ladrones no faltan.
Hay gente que no roba. Sí, por supuesto. Los que no pueden porque enseguida les pillarían, y lo saben, y los que tienen unos principios éticos y actúan de acuerdo con ellos, pero estos son minoría.
Estoy seguro de que son minoría, y cuando más se sube en el escalafón social, más minoría todavía. Porque el dinero, el poder y el prestigio blindan y otorgan a quien los tiene una gran sensación de impunidad, impunidad que a veces parece romperse momentáneamente, como ahora.
Pero es un espejismo, no pasará nada. Habrá algunas cabezas de turco que serán sacrificadas para que el sistema se perpetúe y luego, pasado el impacto mediático, todo volverá “a su sitio”.
Porque el problema es muy hondo y está extendido por toda la sociedad. Y es, creo yo, que mayoritariamente no creemos de verdad en ningún valor. Porque creer en un valor no es hablar de él sino actuar en la vida conforme a él. Y además, la honestidad, desde luego no es de los más valorados; más bien suele ser objeto de burla quien advierte al camarero que le ha devuelto mal en su contra, o paga las facturas con IVA cuando tenía fácil no hacerlo.
Hay que ser un Quijote en esta sociedad, para no pecar contra el séptimo mandamiento, claro, directo, rotundo: no robarás. Seas mileurista o seas millonario.
Entonces, ¿a santo de qué tanto escándalo? Un nuevo circo. Mucha polvareda. Confusión. Sálvese quien pueda. Y los justicieros según ley, pidiendo, indignados, comparecencias parlamentarias; y la sociedad, casi en pleno, apuntándose a un linchamiento, consistente, cómo no, en arrimar el ascua a la sardina de cada uno.
Agradezco y respeto el ingente trabajo que este grupo de periodistas de investigación han hecho, llevándonos a todos a los papeles de Panamá. Pero no nos equivoquemos, no han descubierto una cueva de ladrones, nos han puesto un espejo en nuestras mismísimas narices.

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