FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Feliz otoño.

Ayer, a las 22 horas y 44 minutos, se acabó un verano que aunque parece no querer irse, tiene los días contados. La nueva estación ya está aquí; en nuestros montes ya se nota, poco, pero se nota.
Con estas fotos del último plenilunio antes del equinoccio, hechas en nuestras montañas, muy cerquita de casa, os deseo un feliz otoño.
La última luna llena del verano, grande y redonda, se elevaba entre los pinos, por el este, mientras el crepúsculo nos regalaba un deslumbrante ocaso “todo empurpurado, herido por sus propios cristales, que le hacen sangre por doquiera”, como dice Juan Ramón Jiménez en el capítulo de Platero y yo titulado Paisaje grana.
Disfrutad de las fotos y del texto en este comienzo del otoño.

Al oeste el cielo "empupurado, herido de sus propios cristales", desde la Rodana Grande.
El cielo retiene la luz mientras el pinar se sume en la noche.
La luna llena surge de entre las brumas de levante.
Pronto, grande, redonda, rojiza se hace dueña del cielo.
Regresando, el camino baja al fondo de un barranco y pierdo la luna, pero pronto vuelve a aparecer entre los pinos.

La cumbre. Ahí está el ocaso, todo empurpurado, herido por sus propios cristales, que le hacen sangre por doquiera. A su esplendor, el pinar verde se agria, vagamente enrojecido; y las hierbas y las florecillas, encendidas y transparentes, embalsaman el instante sereno de una esencia mojada, penetrante y luminosa.
Yo me quedo extasiado en el crepúsculo. Platero, granas de ocaso sus ojos negros, se va, manso, a un charquero de aguas de carmín, de rosa, de violeta; hunde suavemente su boca en los espejos, que parece que se hacen líquidos al tocarlos él; y hay por su enorme garganta como un pasar profuso de umbrías aguas de sangre.
El paraje es conocido, pero el momento lo trastorna y lo hace extraño, ruinoso y monumental. Se dijera, a cada instante, que vamos a descubrir un palacio abandonado... La tarde se prolonga más allá de sí misma, y la hora, contagiada de eternidad, es infinita, pacífica, insondable...
- Anda, Platero...

Juan Ramón Jiménez

2 comentarios:

  1. Hola Jesús, gracias por apreciar esto. La infinita belleza y verdad de este texto nos hermana más allá del tiempo y del espacio. Un saludo emocionado!

    La tarde se prolonga más allá de sí misma y la hora contagiada de eternidad, es infinita, pacífica, insondable...
    -Anda, Platero...

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  2. Intensamente lo aprecio, y me alegra ver que otras personas también gozan de estos encuentros entre vida y literatura que hacen de la literatura vida y de la vida arte.

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