¡Feliz aniversario, Juan!

Ahí estás, celebrando en la catedral de Santiago.

¡Feliz aniversario, Juan! Hoy, hace tres años fuiste ordenado sacerdote y eso es motivo de alegría. Pero de esa alegría de la que habla el Evangelio, esa alegría que no te puede quitar nadie.

Te deseamos un largo camino lleno de sentido. Un camino con sol y calor, con lluvia y frío, en compañía y solo. Con largas y agotadoras caminatas y con posadas reconfortantes. Te deseamos que encuentres muchos amigos que te acojan y con los que estés muy a gusto.  Deseamos que nunca nadie te haga daño, aunque sabemos, sabes, que te lo harán…Porque habrá días esplendorosos henchidos de gozo, en los que la vida estallará a tu alrededor, pero también habrá días oscuros, negros, en los que sentirás muy cerca el hálito sucio del mal.

Pero siempre, por alta que venga la ola, te deseamos que aunque momentáneamente la pierdas, pronto reencuentres la paz, que vivas en paz. Como el Maestro decía y dice, “la paz con vosotros”. La paz siempre contigo.

            Decía el Papa Francisco, en la homilía de una eucaristía celebrada en Río, en las JMJ de 2013, “lo que nos guía es la certeza humilde y feliz de quien ha sido encontrado, alcanzado y transformado por la Verdad que es Cristo, y no puede dejar de proclamarla”.

            Y eso, Juan, es lo que estás haciendo entre nosotros desde que viniste. Con entusiasmo, con ilusión, con humildad, proclamas, nos anuncias cada día que Cristo vive, que hay esperanza, que es posible la alegría, que podemos vivir en paz. Aunque a veces parezca que nos hundimos, e incluso aunque a veces nos hundamos.

            Gracias por estos tres años tuyos y ya, también nuestros para siempre.

            ¡Feliz aniversario y que Dios te bendiga!

            Isabel y Jesús.