FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

domingo, 11 de diciembre de 2016

Cosas del Camino.


         Me lo ha contado Isabel y, con su venia, lo comparto, porque es bonito y además tiene un hondo significado. Os lo cuento.
Este año, el Camino, al ser diciembre, ha sido diferente. Y aunque ha hecho muy buen tiempo, había menos gente y menos establecimientos abiertos, por lo que los peregrinos que han ido encontrándose en el camino, han podido conocerse más, intimar más.
El destino era común, pero el lugar de donde cada uno había salido, bien diferente. Arlés y Saint Jean Pied de Port en Francia, Barcelona, el Somport... Caminos diferentes que confluían. También los lugares de origen eran variados, Andalucía, Aragón, Cataluña, Baleares, Madrid, Extremadura, y de más allá de los Pirineos, Francia, Corea, Japón, Irlanda, Australia…
A muchos de ellos les llamaban la atención ese grupo de chavalillos con sus profes. Se interesaban por ellos, se preocupaban, hablaban, escuchaban…
Cuando el viernes entraron todos juntos en la plaza del Obradoiro, cansados pero satisfechos, acompañados por las notas de una gaita que sonaba en el Arco de Palacio, les sorprendió verse envueltos por vítores, bravos y aplausos. Eran los peregrinos con los que habían coincidido en el camino, muchos de los cuales, de un modo espontáneo, se habían congregado para esperar a ese “cole” de Valencia.
Y la emoción del momento, de por sí grande, tuvo necesariamente que estallar en besos, abrazos, llanto de alegría, de esa alegría honda que quien prueba no olvida nunca.
No, nunca se olvidan momentos así. Pero no hay que quedarse en la emoción intensa y cierta, y muy respetable por humana, sino ir más allá y gozar del sentido profundo de la experiencia. Un grupo de personas, de distintas lenguas, culturas, edades, se encuentran en un momento de sus vidas, y se reconocen amigos, se reconocen hermanos y viven, aunque sea por un momento, la alegría de descubrir que a los seres humanos es mucho más lo que nos une que lo que nos separa, por mucho que el mal se empeñe en tratar de demostrarnos lo contrario.
Y dedicar la vida, cada uno desde su realidad cotidiana, a luchar contra ese mal, puede ser una hermosa y digna manera de estar en el mundo. Vivir así es posible.
Sí, con experiencias como éstas sabemos que es posible. Son como un destello de luz en la oscuridad. Como atisbar fugazmente el Reino de Dios. Debe ser algo así, pero con todos, a lo grande y para siempre.

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