FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

jueves, 8 de diciembre de 2016

Filosofía o pan y circo.


Una de las preguntas que les podía salir en el examen oral que he hecho estos días a mis alumnos de filosofía era la siguiente:

La democracia es tanto más defectuosa, cuanto más bajo es el nivel cultural de los ciudadanos. Dime si piensas que es cierta esta afirmación y justifícalo.

Todos a los que les salió la pregunta dijeron que sí, que era cierta, y luego la justificaron bastante bien, alguno incluso de modo brillante. La respuesta estaba en la página 26 del libro, con el título ¿Para qué sirve la filosofía?
Y dice que tiene cinco utilidades. La primera, que ayuda a tener una visión panorámica del mundo en el que vivimos. La segunda, estimula una actitud reflexiva y crítica. La tercera, permite elaborar argumentaciones coherentes lo que facilita el diálogo y el consenso. La cuarta, desarrolla una capacidad de análisis, que aplicada a la realidad, aporta una comprensión de ella, necesaria para su transformación. Y la quinta, coopera en la formación ética y cívica, como consecuencia de todo lo anterior, lo que permite la convivencia pacífica de los individuos en una sociedad abierta, pluralista y democrática.
¡Bien! Para eso sirve la filosofía, y yo lo creo firmemente. Creo que sí es extraordinariamente útil. Porque una persona que trabaje en su vida estos cinco aspectos, aunque no tenga títulos universitarios, ni masters, ni cursos de actualización, ni porras fritas con chorizo, será una persona culta, cultivada en lo más importante y necesario que deberíamos cultivarnos todos, en el ser persona entre personas, y tener conciencia de ello.
Conozco quienes sin títulos académicos de ningún tipo, son extraordinariamente cultos. Observan, analizan, reflexionan, justifican sus planteamientos y actúan en consecuencia. Y son gente libre, difícil de manipular, a menudo tan discretos que ni se les ve. Pero son como la levadura en la masa.
Cuanta más gente haya así en una sociedad, mejor funcionará y la democracia, será más vigorosa y más cierta, a salvo de manipuladores y cantamañanas, sorda a los cantos de sirena que nos llevarían, si les escuchásemos, a los arrecifes.
Pero el sistema educativo, obsesionado por las ciencias y las tecnologías, absolutamente sobrevaloradas, ignora y desprecia lo que de verdad mueve la historia, que no es el dinero, sino las razones de fondo que explican por qué “poderoso caballero es don dinero”, como diría Quevedo. Y conocer estas razones, analizarlas, reflexionar críticamente, y buscar otras formas de organizar el mundo debidamente argumentadas, es la primera tarea que hay que afrontar para mejorar nuestra sociedad. Y esto es filosofía.
A veces pienso algo muy feo, y enseguida lo “despienso”, porque no soy amigo de paranoias. Ese desprecio por el latín, el griego, la historia, la filosofía, las humanidades en suma, ¿no estará programado deliberadamente para mantener a la sociedad en un permanente estado de estupidez colectiva? Así, a falta de cultura y de criterio, se podrá manipular mejor al personal.
Sin raíces, sin cultura, sin criterio. Pan y circo. No es nuevo, eso ya lo inventaron los romanos, pero sigue siendo demasiado actual para mi gusto. Y lo pagamos, lo estamos pagando.

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