Aunque mucho menos de lo esperado y deseable, los 62 litros que han caído lo han hecho como Dios manda, con calma y algunos ratos sin tanta calma, pero bien. Aun así no llegamos todavía ni a los 200 litros desde que ha empezado el año. En estos momentos 190; y no olvidemos que la pluviometría en los desiertos llamados absolutos es de 150 litros al año.
Este
temporal que se anunciaba tan potente e incluso devastador, y que ya se acaba,
se ha comportado aquí con mucha humildad. No en otros lugares, desde luego. Mejor
así para nosotros, pero la contrapartida es la que es, ha llovido poco para lo
que debía haber llovido.
La
semana parece ser que no traerá mucha más agua, quizá alguna tormentita o
llovizna mañana, el martes o el miércoles. Las temperaturas, aunque remontarán
algo, cómodas, entre los 19 o 20 y los 29 o 30, el viento seguirá con
predominio de levante y el cielo con muchas nubes y ratos de sol.
Un
tiempo, en resumen, pre-otoñal. Aún verano, pero un verano ya en franca
retirada, por fin. ¡Ojalá antes del próximo venga una pequeña glaciacioncita,
pequeñita pero glaciación a fin de cuentas! Pero no vendrá, las glaciaciones no
vienen de un día para otro.
Nos
conformaríamos con que el invierno sea invernal y con que llueva bien en otoño.
A ver si es posible.
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