Reanudo
el blog tras el paréntesis estival hablando una vez más del tiempo, bien
diferente ahora a lo que decía el 2 de julio, el día anterior a mis vacaciones
blogueras. Decía entonces “sigue la
monotonía y que siga”. Ahora lo que parece ser que tenemos por delante son
dos días de lluvia, que falta hace. Sea poca o mucha, falta hace. No olvidemos
que en lo que llevamos de año han caído aquí tan solo 128 litros. Además hará fresquito
y tendremos cielos grises, con viento de levante. ¡Muy bonito!
Las
lluvias de septiembre refrescan y limpian el ambiente tras el calor estival,
preparan el terreno para las setas, alejan el riesgo de incendios, al menos de
momento y son vida para los montes y sus habitantes maltratados por los rigores
del verano. Solo hay que esperar que no se pase…
Acabo con una foto, hecha esta misma tarde desde la sierra, de la atmósfera preparándose para el temporal que viene. Si viene, porque nunca se sabe. Recuerdo una alerta roja por tormentas y no cayó una gota…
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