Ser o
no ser, esa es la cuestión. ¿Qué es más elevado para el espíritu: sufrir los
golpes y los dardos de la insultante fortuna o tomar armas contra un mar de
calamidades y, haciéndoles frente, acabar con ellos?
Hamlet.
Sí, esa
es la cuestión. Aguantamos, callamos, nos arrugamos, miramos hacia otra parte
cuando las olas del mar de calamidades nos salpican, o tomamos las armas, las
de la palabra, las más poderosas, y les hacemos frente.
Son
las dos posturas ante la vida. Y nadie de los que callan tendrá derecho a
quejarse si las olas, embravecidas por tantos silencios y tantas mentiras, nos arrastran mar
adentro.
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