FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

miércoles, 29 de abril de 2015

Antonio del Pozo, no hemos venido a decirte adiós.


Una amiga del padre Antonio, leyó en el blog la entrada que escribí con motivo de su muerte repentina. Me respondió amablemente, agradeciendo mis palabras y enviándome la homilía que el martes, 14 de abril, pronunció el Superior en la misa de su entierro. Hoy, según me dice en el correo esta amiga suya, Carmen, hubiera sido el día de su cumpleaños. Por eso quiero, precisamente hoy, compartir con todo respeto y cariño, este bonito y sentido texto.

Querido Antonio: te has ido sin despedirte. Te has ido sin decir nada. Cosa bien rara en ti. Me dicen mis hermanos que antes de salir de casa estabas muy contento, incluso bromeando.
La última vez que nos vimos fue en la noche del martes viendo el partido de fútbol del Atlético de Madrid con el Real Madrid. Comentabas con pasión las incidencias del partido
Esta última semana, Antonio, estabas dedicado con ilusión a la preparación de la celebración de tus bodas de oro sacerdotales. Te hubiera tocado decir unas palabras a tus colegas de ordenación. Habías titulado tu charla: “MIS FELICES 50 AÑOS DE SACERDOTE MISIONERO”. Estabas viviendo estos días con mucha ilusión. Mencionabas el canto del Magnificat como agradecimiento por lo que el Señor había hecho en ti y por medio de ti.

No hemos venido a decirte adiós, Antonio
Estamos aquí para sentir tu presencia viva,
para celebrar tu caminar a nuestro lado,
para festejar que te nos has adelantado
a ese lugar donde florecen la ternura y la misericordia,
para recibir lo mejor de ti mismo como herencia y regalo,
para susurrar, a quienes quieran escuchar,
que somos hermanos,
hijos e hijas del mismo Dios, Padre.
No es tu recuerdo,
ni tus palabras,
ni tus obras,
ni tus gestos,
ni tus proyectos...
¡Eres tú mismo quien está a nuestro lado!
Tu gran corazón,
tu rostro alegre,
tu viva mirada,
tu espíritu solidario,
tu fe sostenida,
tu esperanza renovada cada día,
tu amor tan humano,
tus olvidos y despistes...
¡Todo lo sentimos dentro!
La vida continuará,
entre curvas y monótonas rectas,
desiertos interminables y gozosos oasis,
encrucijadas y decisiones arriesgadas,
en busca de una fe adulta compartida,
ofreciéndonos siempre caminos
inesperados y sorprendentes
y buenos compañeros de viaje.
Y tú, Antonio, estarás siempre a nuestro lado,
con nuevos proyectos bajo el brazo,
el Evangelio en el regazo
y el toque de tus familiares y amigos para no despistarnos.
¡Lo creemos firmemente!
Y se lo agradecemos a Dios,
que te quiere,
y nos quiere, siempre,
con esa tan suya y loca pasión
de enamorado.


GRACIAS ANTONIO.... no puedo decirte otra cosa. Por tu espíritu esperanzado e incansable, aún en los momentos más duros. Por tu ánimo, tu tesón, tu fe, tu amor por la vida, la justicia, por tu gran corazón. Un abrazo inmenso de mi parte y de todos los miembros de esta comunidad, con todo nuestro cariño para tu familia y amigos y para todos los que hoy nos acompañan.

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