FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

lunes, 13 de abril de 2015

Pensando en las próximas elecciones.


Recientemente han llegado a mis oídos noticias alentadoras, buenas noticias. Porque es buena noticia que la gente se mueva mirando adelante. Que ante el desánimo, la indignación, el cabreo, el pasotismo, el revanchismo, haya quien se levante y plante cara al viento; “al vent, la cara al vent”, como decía la vieja canción de Raimon que tantos cantamos con ilusión hace ya muchos años…
Me gustaría tener carácter y estar en condiciones de unirme a toda esa gente que en vez de lamentarse, inhibirse o atrincherarse en los prejuicios de siempre, se lanza al duro ruedo de la política, con honestidad, con ganas, con ideas frescas y mirando adelante. Pero no es el caso
Lo que sí puedo hacer es saludar y aplaudir públicamente a los que lo hacen. Por ejemplo, la idea, ya realizada, de crear una agrupación local de Ciudadanos y presentarse a las próximas elecciones en Ribarroja es buena, pienso que muy buena. Es bueno que gente con ganas y con espíritu de servicio, que hasta ahora miraban la corrida desde la barrera, entren en la arena, bien creando algo nuevo, como es el caso que he comentado, bien incorporándose a lo que ya existía.
Quien me siga más o menos en el blog, sobre todo a través de la sección reflexiones políticas, se habrá dado cuenta que nunca “me he casado” con una opción política determinada, alabando o censurando, según mi punto de vista, las acciones concretas que en cada momento han realizado los diferentes partidos. Y esto voy a seguir haciendo. Por eso, esta entrada no es una adhesión pública al anteriormente citado partido, sino un aliento y un apoyo a los que han dado el paso de implicarse en la noble tarea de hacer una sociedad mejor a través de la política, y repito, sea creando una nueva agrupación local, sea incorporándose a las que ya existían.
Ahora bien, no “casarse” con ningún partido, no significa no votar y no apoyar cuando consideremos que debemos apoyar. Habremos de votar a quien creamos que lo puede hacer mejor y apoyar las decisiones que creamos acertadas, sean del partido que sean. Votar a un partido no es firmar un cheque en blanco.
Pero llegados a este punto, se me podría preguntar, ¿según qué criterios votas a uno o a otro?, ¿según qué criterios apoyas unas decisiones u otras? No tengo problema en exponerlos, más aún, creo que debo hacerlo, por si a alguien le sirve mi reflexión. Y lo voy a hacer a modo de decálogo, planteando lo que yo, como un anónimo ciudadano cualquiera, pido a una opción política para poderme fiar de ella, para votarle con convencimiento, con ilusión, no como mal menor, triste y frecuente forma ésta de votar. Porque eso sí, votar hay que votar, no hacerlo me parece una irresponsabilidad.

1 Pido que su prioridad sea la justicia social, que supone trabajo, educación, sanidad para todos, no desde perspectivas ideológicas ya caducas, sino desde una gestión de lo público prudente e inteligente.
2 Pido que busquen un pacto por la educación para que, dejando de utilizarla como herramienta política, lleguemos a un sistema educativo estable y duradero donde el trabajo de alumnos y docentes pueda dar sus frutos algún día.
3 Pido capacidad para superar la historia, que no olvidarla, de cerrar de una vez por todas la vieja herida, la brecha entre las dos Españas que tanto dolor ha causado y que tan rentable a algunos ha sido ya demasiadas veces para perjuicio de todos.
4 Pido que no reduzcan el saludable juego parlamentario a un intercambio de insultos y descalificaciones entre unos y otros. Pido que entiendan el debate no como algo que se gana o se pierde, sino como un instrumento para buscar el consenso y el bien del ciudadano.
5 Pido que en las campañas electorales, los partidos se limiten a exponer sus programas, a decirnos que harán si ganas las elecciones, y que dejen a los rivales en paz. El espectáculo habitual en las campañas parece una pelea ruin y pueril. Ridícula. Me da mucha vergüenza.
6 Pido que no utilicen la corrupción como arma política. No hay partidos corruptos. Hay personas corruptas en todos los partidos. Y aquel partido que dice que en su seno no los hay, miente. Que los localicen y los expulsen. Y punto. Porque en esto, quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra.
7 Pido la sensibilidad y tolerancia hacia “los otros”. Hacia las otras formas de pensar, de ser, de vivir. Pido empatía social, tener la capacidad de ponerse en la piel de quien no piensa como tú y encima no manda. Nadie tiene la verdad absoluta, ni el gobierno, ni la oposición, ni los partidos minoritarios. Nadie.
8 Pido un sentido de la realidad. En el mundo complejo y globalizado en el que estamos, hay cosas que no se pueden hacer, aunque serían buenas en principio, pero sus efectos secundarios serían catastróficos. La prudencia y el realismo son imprescindibles. Lo otro es populismo suicida. No hay que olvidar que a veces es peor el remedio que la enfermedad.
9 Pido la necesaria y urgente superación, de una puñetera vez, de las palabras derecha e izquierda. Son palabras vacías de contenido hoy en día, y seguir interpretando la realidad según esta clave, es pura manipulación. Me da también vergüenza cada vez que escucho esta hueca cantinela.
10 Pido que tenga respeto a las reglas del juego democrático. El respeto a la Constitución, y el estar abierto a la posibilidad de reformarla siempre que se obtenga la mayoría parlamentaria suficiente para hacerlo, lo veo fundamental.

Pues sí, esto es lo que pido. El partido que sacara un diez en este examen me convencería y le votaría con ilusión. Pero, ¿hay alguno? No sé, habrá que buscarlo. Y si ninguno alcanza el diez, al menos que se acerque.
Observar, escuchar, pensar. Por el bien de todos, por la democracia, se vota desde la razón, no desde la emoción, la rabia o el cabreo. Tampoco desde la costumbre,  la tradición, o el prejuicio. Se observa y se escucha a todos. Luego, se piensa y después se vota. Y ya está. Es fácil.
Bueno, esto es lo que pienso. Conozco y respeto otras formas de pensar, aunque confieso que algunas me asustan.

NOTA:
Y puestos a pedir, pediría una cosita más, menos importante que las anteriores, pero al menos para mí, muy significativa. ¡Que no hagan el tonto con el lenguaje!

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