FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

viernes, 29 de enero de 2016

Me ha gustado mucho, aunque he llorado...

Esta es la montaña de "la experiencia", pero no hoy. Hoy estaba gris, lloviznaba, hacía frío, viento...

Me dice hoy mismo una de las alumnas de 4º de secundaria, en las convivencias, que le ha gustado mucho la ruta que acabábamos de hacer por la montaña. Está visiblemente contenta, satisfecha.
Y a renglón seguido añade, he llorado. ¿Por qué? Le pregunto, y me dice" porque me agobiaba y además me he mareado". Me alegro, le digo, me alegro de verdad de que te haya gustado.
Sí, me he alegrado por ella, y por todos los que hayan vivido la experiencia de un modo semejante. Me he alegrado porque le ha gustado, estaba contenta, pero sobre todo porque ha experimentado algo muy importante en la vida: la compatibilidad entre sufrir y gozar, su estrecha y especial relación.
Es esta una experiencia muy importante en la vida de las personas. Una experiencia que puede reorientar una vida entera y darle un nuevo sentido. Conozco gente a la que le ha pasado.
En una sociedad donde la inmediatez, el confort, la seguridad se nos venden como caminos a la felicidad, descubrir que se puede “pasar mal”, pero que más allá de ese sufrimiento se desemboca asombrosa, inesperadamente, en la alegría, en la satisfacción, es toda una lección.
No había inmediatez, porque no se alcanzaba lo deseado enseguida. Era incómodo porque llovía y hacía frío. Había, siempre lo hay, un cierto riesgo, terreno suelto, inclinado, húmedo. Por eso se agobiaba, se mareaba, lloraba.  Pero luego entró en el gozo, en la alegría, en la satisfacción.
Y esto no vale decirlo. Hay que vivirlo. Sólo así se entiende. Es la experiencia el primer paso para llegar después a la conciencia de esa experiencia que es lo que le da sentido. Primero la experiencia, luego la conciencia de esa experiencia.
De este modo, la conciencia de la experiencia se generaliza a otros ámbitos de la propia existencia. Y se descubre, como hoy ha podido descubrir mi alumna, que tras la dura perseverancia, tras el abandono de la comodidad, tras el riesgo conocido y asumido, están la satisfacción y el gozo sanos, sólidos, purificados por el sufrimiento del esfuerzo.
Llegar a la plena conciencia de esto puede orientar y dar sentido a una vida. Y a fin de cuentas, no es nada nuevo. En cristiano, tras la cruz está la resurrección, desde hace ya más de 2000 años.

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