Esta mañana, haciendo una ruta por el monte, he visto
bonitas columnas de humo, y llamaradas en los campos. En Olocau, en Gátova, en
Altura…
Esta mañana he comprobado una vez más la imbecilidad
de cierta gente y la inoperancia de las autoridades. He comprobado que, realmente, el monte importa bien poco. Y claro, me he indignado, me he cabreado
y con eso, como otras veces, me he quedado.
Vamos a ver. No llueve desde el 2 de noviembre, y
desde el 31 de diciembre el poniente no ha parado de soplar. La falta de
lluvia, los vientos de componente oeste y el calor, han secado nuestros montes
de un modo impensable para ser enero. Y hoy hacía viento, y se iba a intensificar, y seguirá mañana, y pasado…, y no se ve lluvia por ninguna parte.
Y lo dicho. Esta mañana, imbéciles de estos de “eso a
mi no me pasa”, quemaban en sus campos ramas, matojos y demás. Cerca de los
pinos estaban los hogueritas, incluso hay quien quemaba el ribazo del bancal a
escasos metros del pinar.
Y supongo que si lo hacían era porque tenían permiso para hacerlo. Y esto es lo que más rabia me ha dado. Porque claro, imbéciles hay
inevitablemente. Pero para eso están las autoridades ¿no? Para controlar a estos
individuos que, por lo visto, no tienen más luces. Las autoridades sí deben
tenerlas. Y no hacen falta muchas luces para que desde la "Consellería" de Medio
Ambiente se hubieran prohibido, ya hace tiempo, las quemas agrícolas, hasta que se normalice la situación.
¿O están prohibidas, no se respeta la prohibición y no se actúa en
consecuencia? En cualquier caso, es una actuación absolutamente irresponsable por parte de las autoridades.
Pero en realidad eso da igual. El hecho es que nuestros montes están pasando por una situación muy crítica a causa de un severo trastorno climático, y en cualquier
momento puede desencadenarse otra, una más, tragedia forestal. Pero parece ser
que esto a pocos les importa y, desde luego, a la "Consellería" , por lo
que hoy he visto, tampoco. ¿O es que no se enteran?
Hoy, como ayer, y mañana, y pasado, no debería hacerse
ningún fuego en el monte. Estemos en alerta amarilla, naranja, roja o a motas
fucsia. Y el monte debe estar especialmente vigilado, día y noche. Eso es tomar
medidas. Estamos en una situación extraordinaria que requiere medidas extraordinarias. ¿Es tan difícil darse cuenta?
En fin, ahí tenéis algunas fotos que he hecho y que
“dan un mal rollo que flipas”. Como la mosca que en pleno mes de enero juguetea en la pantalla del ordenador, los almendros ya en flor, los lirios en un rinconcito húmedo entre unas rocas, las fuentes secas, los 17 grados de mínima...
NOTA: Como siempre que utilizo en el blog el vocablo
imbécil, no lo hago como insulto, aunque ganas no me faltan, sino en su
significado según la RAE ,
que en la primera acepción de la palabra dice “tonto o falto de inteligencia”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario