Andaba esta mañana por el monte cuando me ha llamado
la atención un curioso cartelito en el que se leía ¡Atención! Caballos trabajando.
Como no es muy habitual, le he hecho una foto,
momento en el que un todo terreno ha parado junto a mí. Era el amo de los
caballos que trabajaban y pronto hemos entablado una agradable y larga
conversación sobre los susodichos caballos.
Forman parte de un proyecto piloto de la
“Generalitat” Valenciana de control de la biomasa mediante el pastoreo
controlado.
Llevan unos cuatro años y los resultados, en las
zonas donde actúan, son más que buenos. Sin embargo son pocos para la extensión
forestal que tenemos, están sujetos a restricciones no del todo lógicas y
tienen que afrontar problemas y asumir riesgos, por decirlo de algún modo,
excesivos.
La idea es buena, porque nuestros montes generan
miles de toneladas de biomasa que ahí se quedan, en el monte, haciéndolo
intransitable y facilitando los incendios.
¡Ojalá estas iniciativas no se queden en proyectos
piloto a extinguir y de corto alcance! ¡Ojalá se amplíen y se incorporen a una
gestión integral de nuestro entorno natural que, al menos de momento, brilla
por su ausencia!
Pero bueno, más vale poco que nada. Que coman a gusto
las yeguas, eran todo yeguas, y de paso nos dejen el monte bien limpio.
A fin de cuentas es lo que pasaba antes. ¿O no?
El letrero en cuestión. |
Así están muchos de nuestros montes. Hacinamiento de pinos, matorrales secos.... Intransitables y vulnerables. |
La gestión de la biomasa es urgente e imprescindible. Los caballos son una opción, pero hay más. |
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