FRASES PARA PENSAR.

SE DARÁ TIEMPO AL TIEMPO,
QUE SUELE DAR DULCE SALIDA A MUCHAS AMARGAS DIFICULTADES.

Cervantes en el Quijote.

lunes, 1 de enero de 2018

En el primer día del año.


Los tres jóvenes, Ananías, Azarías y Misael cantaron este himno cuando arrojados al fuego por no adorar una estatua del rey fueron salvados de las llamas por un ángel del Señor. Esto nos cuenta el libro de Daniel.
Muchas veces he leído este texto de acción de gracias y de alabanza que se lee también hoy, en el rezo de laudes. Y me gusta leerlo visualizando cado uno de los versículos. Es un viaje increíble por la creación entera, por la naturaleza toda. Lo comparto este primer día del nuevo año.

Criaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Angeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.

Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.

Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.

Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.

Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.

Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.

Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.

Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.

Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.

Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.

Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.

Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.

Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.

Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.

Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.

Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos,
porque os sacó de la fosa, os libró de la muerte,
os arrancó de la llama ardiente
y os libertó del fuego.

Dad gracias al Señor, porque es bueno,
Porque es eterna su misericordia.

Imaginad leer esto en la cima de una montaña; en el amanecer, frente al mar; en un atardecer de poniente; en medio de la tormenta; en una fuente fresca y umbría, en el calor del verano; en la ribera plácida de un río; junto al fuego, en el refugio, mientras fuera llueve o nieva…





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